Casos. Dos animales salvajes han bajado hasta poblaciones en busca de alimento: un oso negro y un puma. (EL SIGLO DE TORREÓN)
La delegación local de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Nora Loera de la Paz sólo ha recibido una queja sobre personas que poseen animales exóticos o en peligro de extinción.
Comentó que hace un par de semanas recibieron el reporte de que en una vivienda los habitantes del lugar tenían como mascota a un cachorro de tigre, por lo que se acudió al sitio señalado y se realizó una inspección, pero no se encontró nada.
Tampoco había rastros de que en el lugar hubiera un cachorro de tigre, por lo que no se pudo hacer más.
Ante esto, la delegada comentó que no se descarta que el animal pudo haber estado ahí, pero no fue localizado porque se vendió o se llevó a otro lado, pero también cabe la misma posibilidad de que nunca hubo tal mascota.
"Pudo tratarse de una equivocación o de alguien que también de mala fe haya hecho la denuncia en contra de una persona por otros motivos", comentó.
Dijo que hasta ahora sólo han sido dos casos que han llamado la atención de animales salvajes, lo de Peñón Blanco donde se le dio muerte a un puma que bajó hasta la cabecera y se metió a domicilios, pero que la equivocación fue la manera de exhibir el cuerpo del animal en las redes sociales.
El otro caso es lo del oso negro en Guadalupe Victoria donde, al igual que el puma, el animal salvaje bajó hasta una comunidad en busca de alimento, pero a diferencia de lo que sucedió en Peñón Blanco, el animal fue atrapado y no se le dio muerte.
"Sin duda que en el segundo caso se hizo lo más correcto, tratar de atrapar al animal vivo para luego liberarlo en su hábitat, y evitar a toda costa darle muerte".
En el caso del cachorro de tigre, dijo que no se ha descartado del todo que no exista, pero cabe la posibilidad de volver a realizar otra verificación para confirmar que en verdad no se tenga como mascota a un felino de este tipo.