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Ismael Hernández Deras y la corrupción

Mirando a fondo

VÍCTOR GONZÁLEZ AVELAR

ENTRADA.- Menos de una hora fue suficiente para que los diputados locales del Congreso de Durango dieran por terminada la Comisión Especial que habían creado, para investigar los posibles actos de corrupción y enriquecimiento inexplicables por parte de Ismael Hernández Deras durante los seis años que gobernó al sufrido estado de Durango.

SOPA.- Como por arte de magia, algunos personajes que se dijeron amigos de Hernández Deras se acercaron a los diputados locales para hacerles saber y poner en su conocimiento, "que la fiesta de los 3,000 invitados" organizada para conmemorar los primeros 50 años de vida del exgobernador, había sido pagada única y exclusivamente por ellos. Esto fue suficiente para suspender de plano cualquier tipo de investigación y menos tratar de analizar la situación patrimonial del actual senador. Todo quedó finalmente clasificado como "Información reservada". Con ello se violó todo el Reglamento Interior de la Cámara y más de cinco leyes vigentes.

Tampoco se logró indagar y analizar su declaración patrimonial de inicio y término de gestión. El presidente de la desaparecida comisión Alfredo Martínez evitó tenazmente los medios para no darles ninguna información sobre el dictamen.

PLATO FUERTE.- Con motivo de aquella sonada fiesta en la Hacienda Dolores Hidalgo por el rumbo del Mezquital, se publicaron varias fotografías en las que aparecen riéndose todos a carcajadas. El propio Hernández Deras, Vicente Fox, Martha Sahagún y hasta el arzobispo de Durango Héctor González Martínez (quien diría "mi reino no es de este mundo").

El convivio recordó las películas los Nobles y los Beverly de Peralvillo, en donde se relata la vida, modos y costumbres de quienes gustan publicitarace especialmente a los venidos de menos a más. La familia Fox feliz de sus éxitos como protectores de hijos e hijastros en los contratos de Oceanografía con Pemex, y además, plenos de felicidad por sus futuros triunfos como cultivadores de marihuana ya mediante hidroponía o al aire libre.

Pero la realidad es que Hernández Deras no obstante los constantes reclamos de los duranguenses, no ha podido explicar el origen y destino de una deuda de más de 6 mil millones de pesos que dejó al término de su gobierno. Tampoco ha podido dar respuesta ni aclarar el baño de sangre que sufrió Durango durante su administración en donde hubo más de 2,000 homicidios dolosos, ni tampoco dilucidar el misterio de los 400 cadáveres encontrados en narcofosas.

La conducta de Hernández Deras es típica de los aspirantes a cacique de pueblo. Lo extraño del síndrome es que lo quiere ser cuando ya no es gobernador y cuando se supone que en Durango gobierna Herrera Caldera. Es por ello que existe un peligro de desestabilización en la gobernabilidad en Durango. Herrera Caldera está enfrentando graves problemas políticos y administrativos heredados de la pasada administración y aunque hasta el día de hoy, cuenta con el apoyo decidido del presidente Peña Nieto, ese apoyo podría durarle poco cuando en Los Pinos adviertan que es realmente Hernández Deras quien gobierna Durango. Por lo pronto ya le movieron el tapete en el Mezquital, cuando Hernández logró capitalizar en su favor a las fuerzas del estado, esto es, a las llamadas fuerzas vivas, a las tontas, a los políticos, los empresarios, el clero, los líderes, diputados, funcionarios públicos, a un expresidentes de la república y su Martita (panistas por cierto) y hasta a los barrenderos de palacio.

Para la opinión publica el actual gobernador está en peligro de convertirse en un "nopalitos", tal y como le decían al presidente Ortiz Rubio cuando el general Plutarco Elías Calles era quien gobernaba realmente el país. Por desgracia todo esto redundaría en el deterioro, daño y desdoro, (olvidémonos ya del gobernador), pero sí definitivamente en perjuicio y daño de Durango. De ahí que sea verdaderamente desalentadora la actitud de la Cámara de Diputados local que finalmente desapareció a la Comisión Especial Investigadora.

POSTRE.- De entre tantos malos recuerdos que dejó la gubernatura de Hernández Deras a la población, habría que señalar de manera muy especial la falta de seguridad jurídica y los ataque a las garantías más elementales de los duranguenses. Durante seis años sus empresarios favoritos Jorge Saravia Castillón y Ricardo Karam Ahued (ellos se publicitan como sus socios), despojaron e invadiendo cientos de hectáreas de terrenos muy especialmente de los que rodean la capital del estado. Se calcula que en complicidad con el gobierno anterior lograron apoderarse de más de 1,600 hectáreas urbanas; todo ello y las más de las veces, con la complicidad de algunos ejidatarios. A tal grado llevaron la corrupción que el hermano Guillermo Saravia Castillón aparece como ¡ejidatario¡ miembro de un ejido y con parcela ejidal.

Por otra parte y para esperanza de los duranguenses, se rumora de manera insistente que en la capital del país precisamente en el edificio de la Procuraduría General de la República, se está integrando información, documentación y pruebas sobre la corrupción habida durante los últimos seis años del pasado gobierno. Peña Nieto tiene muchísimos problemas y frentes abiertos. Uno de los más sentidos por la población ha sido la corrupción y la inseguridad. Ahí ha estado la mano dura en Michoacán, con la Gordillo, Oceanografía, los hijos de Fox, Mexicana de Aviación, las autodefensas, Puerto Lázaro Cárdenas, los Templarios, la Familia Michoacana, el Chapol, la Pantera dos veces abatido, etcétera, etcétera.

Todo esto se ha logrado en unos cuantos meses de gobierno. Por eso dentro de su programa anticorrupción, no sería nada raro que se empezara a mover la PGR por terrenos de los alacranes.

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