Como nunca, la afición albiverde se entregó anoche a la escuadra santista e hizo sentir la pasión y amor por su escuadra a lo largo de todo el partido; estaba claro el objetivo, remontar una desventaja de dos goles que los separaba de su décima final en el futbol mexicano y con ello, la posibilidad de llegar al duelo donde pudiera buscar la quinta corona de su historia.
Pese a lograr sobreponerse a errores arbitrales y propios, los Guerreros no alcanzaron el resultado deseado y terminaron pagando la factura de no haber anotado goles como visitantes en el duelo de ida y fueron víctimas de esa falta de contundencia a media semana en la cancha del Estadio Hidalgo.
Como se esperaba, los laguneros salieron a comerse al rival y presionaron desde el mismo arranque y metieron en serios problemas a la defensa tuza. Las ilusiones de la afición lagunera se vieron exaltadas apenas al minuto 10 de iniciadas las acciones cuando Rafael Figueroa logró un sólido remate frente al marco del 'Conejo' Pérez, para colocar al equipo arriba en el marcador.
La fiesta estalló en la tribuna y la afición sintió el posible inicio de otra velada histórica para los Guerreros, pero lejos estaban de imaginar que apenas unos minutos después iniciara la debacle de los laguneros, al ser expulsado Oswaldo Sánchez en una jugada que fue duramente criticada por la afición, al considerarla injusta, provocando que en el graderío la gente se metiera duro con el silbante 'Chiquimarco' Rodríguez, a quien en repetidas veces le recordaron que justamente ayer festejaba el 'Día de las Madres'.
La mala suerte siguió a los Guerreros y apenas a unos segundos de entrar el arquero suplente Julio González, el relevo falló en el primer balón que tocó, regaló inocentemente el balón a un rival para el segundo gol en contra, un golpe muy doloroso que terminó por derrumbar al equipo y por si fuera poco, en su desesperación, Pedro Caixinha se hizo expulsar en forma por demás ridícula al jalar del calzoncillo a un jugador de Pachuca que había caído al pasto, el cual a su consideración hacía tiempo deliberado, situación que enardeció a un sector del público, que reclamó fuerte la conducta del técnico portugués, quien incluso encaró a un aficionado a su paso por el túnel rumbo al vestidor.
La gota que derramó el vaso fue el segundo tanto de los Tuzos por conducto de Dieter Villalpando, ya en tiempo de compensación, lo que generó la furia en muchos aficionados, quienes se metieron fuerte con el árbitro Rodríguez a su salida del campo de juego, al responsabilizarlo de este resultado parcial a favor de los visitantes, lanzando a su salida todo tipo de insultos, incluso algunos líquidos, ante la impotencia de los agentes de seguridad que poco pudieron hacer por proteger a la cuarteta arbitral.
Algunas mamás se fueron a festejar su día al Estadio Corona, esta fue su reacción después de la expulsión de Oswaldo. (Fotos de Ramón Sotomayor y Enrique Terrazas)