La ‘Albiceleste’ se juega el primer puesto del Grupo F ante Nigeria
Gran dilema en Argentina: sale con sus titulares o resguarda el físico de varios de ellos. Cualquiera que sea la decisión de su técnico Alejandro Sabella, no debería faltar el arquitecto del gol, Lionel Messi, para el partido de hoy contra Nigeria.
Al parecer y por lo visto en la práctica de ayer, Sabella no haría cambios en su equipo carente de pimienta en el ataque, salvo Messi, y que se las verá ante unos africanos cuyo fuerte es la defensa. Nigeria es el único de los 32 conjuntos que no ha recibido ningún gol en la primera fase.
Con 6 puntos en dos partidos, Argentina ya está clasificada a la siguiente ronda. Pero en ese duelo ambos equipos moldearán su futuro: los albicelestes no deben perder para ganar el Grupo F y evitar así a un rival fuerte en la próxima ronda que podría ser Francia, mientras que las Águilas Verdes necesitan un empate para seguir adelante y postergar así el sueño de Irán, ya que el de Bosnia quedó sepultado antes de tiempo.
Argentina gana pero no convence, y al parecer llegó la hora de cambiar de nombres y darle rodaje a otras caras, algo que muy difícilmente haga Sabella a no ser que sea para dar un descanso y no por cuestiones estratégicas.
"Vamos a jugar casi seguro con un 4-3-3 pero no tengo el equipo porque voy a esperar un poco más la recuperación de algunos jugadores", destacó el estratega. "Siempre puede aparecer alguna molestia, algún dolor de último momento, siempre puede haber algún jugador que esté en duda".
Durante la práctica de ayer en el estadio, básicamente en los movimientos con pelota parada, Sabella desplegó el mismo equipo que empezó el encuentro con Irán.
Es decir, que Argentina formaría con Romero; Zabaleta, Garay, Fernández, Rojo, Gago, Mascherano, Di María, Messi, Higuaín y Agüero.
Hasta ahora, Messi, sin ser aquel electrizante jugador del Barcelona, apareció con la verdad irrefutable de su zurda picante para ametrallar con un gol a Bosnia (2-1) y otro a Irán (1-0), en este caso cuando el árbitro ya preparaba el pitazo final.
Entre los goles de Messi, que ayer cumplía 27 años, y las notables atajadas de Romero, salvaron a los argentinos de sendos papelones ya que en ambos partidos estuvieron envueltos por angustias.