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La apuesta de los Centros Comunitarios

Periférico

LUIS GUILLERMO HERNÁNDEZ ARANDA

Un Estado sin participación de la sociedad es un Estado débil. Un gobierno sin exigencia ciudadana tenderá a ser ineficiente. La grave crisis de seguridad que se vivió recientemente en la Comarca Lagunera sólo puede entenderse por la fragilidad de sus instituciones públicas y la ausencia de estrategias efectivas por parte de los gobernantes. Por eso, hoy más que nunca, la participación de los ciudadanos es de vital importancia para encontrar el rumbo.

A nivel internacional se ha llegado a afirmar que el rescate de los espacios públicos es fundamental en el combate a la delincuencia. El que la gente salga a la calle y conviva es una forma de inhibir al crimen además que fomenta la participación ciudadana. La estrategia ha sido utilizada en países como Italia y Colombia, donde en espacios que antes eran ocupados por el crimen se han construido centros comunitarios donde la gente puede estudiar, aprender un oficio o simplemente convivir con el Otro.

En México, tras la guerra contra el narcotráfico, se ha adoptado como política pública la construcción de centros comunitarios en zonas marginadas, buscando mejorar las condiciones de vida de los habitantes de esos sectores golpeados por la violencia y la falta de oportunidades. Estas acciones se enmarcan dentro del Programa Nacional de Prevención del Delito (Pronapred).

En Torreón la semana pasada, previa formación de los comités ciudadanos, se entregaron los centros comunitarios de la colonia Las Carolinas, así como del Cerro de la Cruz. Sergio Sisbeles Alvarado, subsecretario de Prevención Social de la Delincuencia y la Violencia en Coahuila, comenta que el objetivo de estos centros comunitarios es el de rescatar espacios emblemáticos que puedan detonar la cohesión social.

Debido a la violencia era imposible subir al Cerro de la Cruz, ahora la realidad es otra y en el Centro Comunitario ubicado en este sector es posible ver a niños jugando, así como a madres e familia que van a preguntar por los servicios de guardería o los horarios de los talleres que ahí se impartirán. Uno de los salones fue dotado con computadoras con servicio de Internet para que los jóvenes reciban clases de computación.

Sin duda la construcción de estos centros representa un gran avance, pero eso es lo más sencillo. Ahora el reto es atraer a los ciudadanos para su uso y evitar que dichos edificios se conviertan en un elefante blanco.

"Lo principal es la participación ciudadana, si ésta no se da, van a ser meras acciones frías de gobierno. Esa no es la intención, por eso a través de la dirección social de prevención del delito de Torreón ya se creó un comité ciudadano a quienes se les va a entregar el centro para que ellos se hagan cargo en coordinación con el gobierno. Empoderamos a los ciudadanos para que ellos se hagan cargo de estas acciones y se puedan involucrar en todas las actividades".

La señora María Guadalupe Espino siempre ha vivido en el Cerro de la Cruz, para ella la construcción del Centro Comunitario será de gran ayuda para combatir la delincuencia.

"Este centro va a ser aprovechado por jóvenes y señoras, antes no se utilizaba para nada. Ahora que está remodelado la gente está muy animada. La mayoría de los vecinos están muy contentos porque saben que este espacio es para ellos".

Incluso la señora Espino afirma que hay conciencia entre los habitantes del sector de cuidar el Centro ya que es de ellos, de su comunidad. La señora mira hacia atrás y recuerda los días de violencia donde la vida "era muy difícil, la gente no salía de sus casas. Llegaba una hora en la que ya no se podía salir". Por su parte, Cinthia Gallegos comenta que el Centro permitirá a los jóvenes practicar deportes o bien acudir a actividades artísticas que "los aleje de la delincuencia". Este sentimiento es compartido por Sergio Sisbeles quien afirma que la prioridad es trabajar con niños y jóvenes.

"Tenemos que trabajar en diversos aspectos, desde el aspecto de formación en los hogares. Si los pilares de la familia no están firmes difícilmente podremos formar a los niños. Tenemos que provocar un cambio de fondo, las acciones de pintar son mediáticas, muy buenas, pero el cambio real lo vamos a ir viendo con el paso del tiempo donde vayamos disminuyendo los factores de riesgo para incurrir en delincuencia".

En Italia también se apostó por una estrategia similar, el sacerdote italiano Luigui Ciotti, fundador de la plataforma antimafia Libera (integrada por mil 500 asociaciones civiles) afirmó en varias ocasiones que el combate a las mafias no puede ser sólo responsabilidad de las fuerzas policiales, sino también de lo que él llama sociedad responsable.

Ciotti llama sociedad responsable a aquella que participa de manera activa como un ente vigilante y propositivo frente a las instituciones del Estado. Y es que para el sacerdote italiano no hay nada que dé más miedo al crimen organizado que la cultura y la educación: "Los criminales temen la revuelta de las conciencias, temen más a la escuela que a la Justicia".

De ahí que la apuesta de los tres niveles de gobierno de crear Centros Comunitarios no sea equivocada, pero sin duda el mayor reto será el motivar la participación ciudadana y que estos centros a la vuelta de los años no sean edificios abandonados.

lharanda@elsiglodetorreon.com.mx

Twitter: @lharanda

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