La semana pasada un amigo entrañable me dijo, a propósito de mi columna, que con una computadora y con Internet el Subcomandante Marcos hubiera armado no una guerrilla sino una revolución, y no se equivoca. Sin embargo, hemos visto que pocos son aquellos movimientos, personajes u organizaciones mexicanos que logran hacer click en redes sociales, ya sea por falta de experiencia, por un uso mediocre de sus redes o simplemente por desdeñar su alcance y posibilidades.
Día con día vemos ejemplos, más malos que buenos, del uso de redes. Y lo que resulta muy interesante es el proceso psicológico que precede al contenido que se va a compartir a través de una red.
Twitter tiene el poder de convertir en Trending Topic un tema banal como la tanga de Cristian Castro, sin embargo ese alcance parece pasarle de noche al cantante que claramente se confunde y comparte una foto en la que aparece prácticamente desnudo con sus seguidores y con el mundo. Estoy seguro que nunca se hubiera mostrado así en alguna emisión de "Siempre en Domingo". Esto es falta de sentido común.
El tema no tiene mayor importancia y los críticos de esta red social se rasgan las vestiduras diciendo que deberíamos estar hablando de temas verdaderamente importantes como "la educación", extrañamente nadie sabe cómo, pero todos dicen que el problema del país es la educación, así en bola, pero pareciera que en nuestro México tenemos una animadversión por especializarnos y adentrarnos a los temas de fondo.
Desgraciadamente Twitter se está convirtiendo en el campo de batalla (más bien parecido a un barrio dominado por las drogas y la violencia) en donde políticos, empresas e individuos aprovechan para emitir sus verdades, sin escuchar al adversario, cancelando toda posibilidad de diálogo, que es la base de la civilidad.
No estamos sosteniendo en nuestras redes sociales un debate productivo y mucho menos interesante sobre los temas de fondo.
Hace semanas el Think Tank mesura.org hizo un análisis sobre la contaminación que los bots al servicio del Gobierno de la República hicieron al tema de la Reforma Energética contaminando el tema y queriendo marcar una tendencia, pero lo hacen de manera burda. O sea, si suena como palero y se lee como palero ¿qué será?
Leía en mis redes una frase del expresidente colombiano y primer presidente de la OEA Alberto Lleras Camargo: "Un país mal informado no tiene opinión, tiene prejuicios" y eso precisamente está ocurriendo en México en la era de la información.
La Generación X fue la última que tuvo la necesidad de investigar con recursos tradicionales sobre cualquier tema haciendo inevitable la construcción de un bagaje cultural de peso, la generación actual llamada Del Milenio o Millenials carece de este trasfondo al tener a la mano paradójicamente la inmediatez de la información.
La construcción del conocimiento en una sociedad autodidacta se aleja más de nuestro presente mientras seguimos hablando de Cristian Castro y su Saiote.
Charlemos en @_TORRESBERNAL
