Pues resulta que el invento del gol de visitante nomás no prendió las emociones en la presente liguilla del futbol mexicano. Hasta el filósofo contemporáneo Ricardo Ferreti lo ha notado. Si los técnicos especulan, ya les podrán ofrecer toda clase de recompensas y el resultado será tan tedioso como los de estas semifinales y sus tres hórridos cero a cero.
Los dueños tendrían que estar escuchando una voz de alarma. Antaño, los estadios se llenaban en la "fiesta grande" y los niveles de audiencia televisiva eran altos, por lo menos más que en la temporada regular. Hoy es un hecho que la asistencia a los inmuebles ha disminuido y los "ratings" bajan estrepitosamente. Pienso que el sistema de liguilla está próximo a agotarse.
El arma secreta. Varios equipos echaron mano de jugadores que no habían tenido actividad a lo largo del torneo o bien sus entrenadores los han colocado en posiciones donde no se habían desempeñado. Tal es el caso de Jerónimo Amione, quien permaneció borrado todo el semestre y apareció con un gol ante Jaguares. De cualquier manera no fue de mayor utilidad y su expulsión ante Tigres denota la inestabilidad de sus emociones.
Los finalistas también mostraron novedades de cara a los compromisos finales. Antonio Mohamed desempolvó a Gonzalo Díaz, quien cumplió ante Pumas para luego lesionarse gravemente y por circunstancias no del todo aclaradas hubo que recurrir al novato Ventura Alvarado ante la aparente indisciplina de Paul Aguilar. Hasta ahora, grata la revelación del chamaco nacido allende el Bravo.
En Tigres se les lastimó el capitán Juninho y el "Tuca" echó mano del eterno José Rivas. La "Palmera" cumple pero está lejos del nivel del líder de la zaga felina. Quizá lo que más llame la atención en el planteamiento táctico de los norteños sea la libertad con la que está jugando Jesús Dueñas. Conocido por ser un lateral con salida, está convertido en un atacante más, con disparo y todo el verso. Bien por él.
El arbitraje ha cumplido y pienso que con creces. Hay quien piensa que los partidos sin goles son más fáciles de arbitrar. No es así, el margen de error se reduce considerablemente pues se corre el riesgo de que el árbitro haga lo que el jugador dejó de hacer. Ramos y Guerrero en la ida como García Orozco y Paul Delgadillo en las vueltas dejan complicado el nombramiento de los encargados de dirigir el partido grande.
En un partido con muchos incidentes, polémica y emociones, el Necaxa obtuvo el medio boleto para intentar regresar al máximo circuito. Los Coras se vieron en superioridad numérica y con dos goles de ventaja jugando como locales. Una verdadera hazaña de los de Aguascalientes. Me reportan que el arbitraje de Marco Antonio Ortiz resultó bastante bueno.
Veremos qué sucede en esta final inédita. El desenlace tendrá, por fuerza, que ser más divertido que lo exhibido hasta el momento. Como dijo Juan Gabriel: ¡Se los pido por favor!
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