Mucho se ha cuestionado la contratación, por parte de la Femexfut, del árbitro español en retiro José María García Aranda para brindar asesoría a la Comisión de Árbitros de México. "Chema", como le dicen sus cuates, fue compañero de un servidor en el Mundial de Francia 98 donde pitó la semifinal entre los anfitriones y el equipo de Croacia, con excelentes calificaciones.
Vamos por partes, como dijo Jack el "Destripador". Primero, considero positivo que la Federación reconozca que el arbitraje necesita ayuda y gente con experiencia a nivel mundial bien puede aportarla. Si García Aranda no sigue en la FIFA entiendo que no es por incapacidad sino porque formó su propia empresa para ofrecer un servicio multidisciplinario en estos temas a las diferentes federaciones.
Desde siempre han venido instructores extranjeros sin que nadie se rasgue la ropa. Algunos extraordinarios, como Diego de Leo y Arturo Yamasaki que por fortuna se quedaron a vivir largo tiempo entre nosotros, pero hubo otros, como don Pedro Escartín, árbitro y periodista, que con una sola charla "vacunó" con su sapiencia a varias generaciones.
Recientemente se recurrió al salvadoreño Rodolfo Sibrián, la verdad, con escasos resultados y se trajo a Ernesto Filippi, uruguayo, de quien no se sabe las razones por las que su chamba no tuvo la continuidad deseada. Por supuesto que lo deseable es que el profesor viva en nuestro país y sienta en carne propia las tremendas presiones a que están sometidos los muchachos en el balompié azteca.
"Chema" dice que el arbitraje debería de gozar de mayor independencia, para que con ello se pueda realizar un mejor trabajo, lejos de las intrigas palaciegas en el seno del organismo rector. No sabe en la que se mete. Desde que Decio de María llegó al futbol profesional agarró a los nazarenos como su juguetito, desde el ordenador hasta dotar a Enrique Bonilla de voto y veto en las designaciones.
Habrá que otorgarle el beneficio de la duda al señor García Aranda. Por ahí se echaron la muy buena puntada de compararlo incluso con el descabellado proyecto de Jorge Vergara cuando trajo a Johan Cruyff y su séquito. Ojalá que en este caso, por el bien del arbitraje azteca, no sea así y veamos resultados positivos en el corto plazo.
Algunas camisetas pesan, declaró Rubén Omar Romano, estratega del Puebla, luego de caer derrotado ante la "Máquina Celeste" y de que le invalidaran un gol bueno al "chavo" Alustiza que bien pudo cambiar el rumbo de la contienda. El línea José Luis Camargo cometió un grave error pero no concuerdo con el dicho de Rubén.
Si así fuera, sólo los grandes clubes en nuestro país saldrían campeones. Romano dirigió a dos equipos de gran prosapia y ni, según su dicho, con el peso de las playeras pudo hacer campeón al América ni al Cruz Azul. Y conste que se trata de un muy buen entrenador.
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