Trágico sábado en Dallas, observamos el juego de nuestra Selección contra Ecuador, volvemos hacer corajes con la desesperante manera de tocar y tocar la bola sin trascender en el campo y de repente Rafa, Oribe y el Chapito logran lo que parecía la peor opción para abrir el marcador, atacar por el centro, el gol cae con la última maniobra de Montes para el Tri, un tirazo que bate sin remedio al arquero ecuatoriano, resurge la felicidad y la esperanza de un Mundial decente, con la participación del bullidor y talentoso volante del bicampeón León. Y entonces, el horror. Cómo te cambia la vida en un instante, sí, frase gastada pero como nunca aplicable en lo que sucedió instantes después de su fantástico gol a Luis Montes, de una titularidad prácticamente asegurada a la nada. La escena en la que van al balón dividido Montes y Segundo Castillo es horrible, el afán de demostrarle a sus respectivos técnicos que literalmente dejan la piel en el campo, resultó en un choque de piernas sin falta, ambos fueron leal pero imprudentemente al balón, resultado: los dos fuera del Mundial. Imagen de shock sobre todo por lo inesperado, la vida a veces se empeña en demostrarnos lo frágiles que somos de una manera despiadada y cruel.
Montes se va al hospital acompañado por el capitán Rafa Márquez, detalle de solidaridad pensaría uno, pero no, se temía una fractura de un dedo del pie y Rafa estaba en peligro también de perderse la Copa. El fantasma ominoso y despiadado de las lesiones que atormenta el sueño de los técnicos se hace real de manera espantosa y cruel. Al final otro triunfo claro en el marcador pero turbio en el desempeño, otra vez un guardameta se equivoca feo a favor de los mexicanos. Javier Aquino delantero/volante del Villarreal es llamado para ocupar el lugar de Montes. Javier se une a Miguel Ponce que también se encontraba de vacaciones cuando Medina se lesiona y es llamado de emergencia. Van der Vart, de Holanda, Saborío de Costa Rica, Webo de Camerún. El reconocimiento hecho público por Paulo Bento, entrenador de Portugal, acerca de la precaria condición de su megaestrella Cristiano Ronaldo que está en "mírame pero no me toques". Obvio, esto enturbia el panorama y nos hace gritar "¡que ya se detenga esto por Dios!".
Pero esto sigue, prácticamente al mismo tiempo en que Luis Montes se rompía la tibia y el peroné en Dallas, en Londres un elemento clave de la selección italiana Riccardo Montolivo, volante de gran oficio y talento, en un amistoso contra Irlanda choca contra Alex Pearce y siente cómo se le rompe la tibia, adiós a Brasil. Cuatro más que se unen a la lista de los sueños rotos. Pero ¿qué hay que hacer para detener esto? Nada, absolutamente nada. Tienes que probar a tus jugadores y los futbolistas tienen que jugar sin ningún temor, a tope, con todo, sin miramientos, ni modo, así es esto y hay que aceptarlo. El riesgo está implícito, pero al parecer en estos tiempos de vorágine futbolera sin pausa, los futbolistas llegan fundidos y con los huesos frágiles a la víspera del gran torneo.
Ojalá la cuota de atletas rotos en lo físico y en lo espiritual se haya cumplido, no queremos ver o enterarnos de más bajas cuando son dos semanas las que faltan para el inicio de la madre de todas las competencias. Suerte para todos los futbolistas involucrados y que ellos más que nadie saben que cuidarse "llama más a lesionarse", a un lado los temores, encomendarse a Dios y a darle con todo.
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