Apenas la semana pasada rogábamos a los dioses del futbol que aplacaran su ira y dejaran de causar bajas en los osados futbolistas que llegaron a la lista final de veintitrés en cada uno de los países participantes en la Copa del Mundo. Imagínate, en países donde millones de jóvenes practican el más bello deporte del planeta logras llegar después de decenas de filtros a lo largo de tu carrera a una lista de sólo veintitrés, te confirman, vas a jugar la Copa del Mundo de futbol y entonces en tu afán por agradar a tu técnico sobreviene una lesión y adiós, si eres joven a renovar el ánimo y el espíritu y esperar que en cuatro años regrese la oportunidad, si eres veterano resignarte como Luis Amaranto Perea, el magnífico defensor central colombiano, quien no tuvo más remedio que soltarse como George Clooney en "Gravedad" a flotar el resto de tu carrera sin llegar al destino que premia o culmina el esfuerzo de toda una vida, un Mundial de futbol.
Ah, pero los dioses del balompié lejos de escuchar nuestras súplicas, voraces engrosaron sus filas del club de los corazones rotos con peces gordos que vieron amputadas sus ilusiones cruelmente, el mejor jugador francés Franck Ribéry, el capitán ruso Roman Shirokov, El estupendo contención colombiano Aldo Leao Ramírez, el joven volante goleador alemán Marco Reus. ¡Dios mío! Y todavía faltan tres días y medio, ya no entrenen, pongan a todos entre algodones y esperen que pite el árbitro.
Siguen intactos Neymar y Messi, Cristiano es una incógnita, Bento su entrenador cada vez que le preguntan por la salud de su crack elude la respuesta directa y le hace al güey como el mejor exponente de nuestra política. Están los holandeses Arjen Robben, Robin van Persie y Wesley Sneijder. Los españoles, Andrés Iniesta, Xavi Hernández y David Villa, los alemanes Mesut Özil, Bastian Schweinsteiger y Miroslav Klose. Los italianos Andrea Pirlo, Mario Balotelli y Daniele De Rossi. Los argentinos Lionel Messi, Sergio Agüero y Ezequiel Lavezzi. Los brasileños Neymar, Oscar y Hulk. Los uruguayos Luis Suárez, Diego Forlán y Diego Godín, son sólo tres ejemplos de cada equipo, y así, los chilenos, belgas, cameruneses, croatas, etcétera, tienen grandes futbolistas que no permitirán que el torneo desluzca.
No se me agüiten, que como dirían los antiguos "hay tela de donde cortar". A partir del jueves y hasta el trece de julio las señoras verán cumplido su más caro anhelo, que sus respectivos viejos no abandonen el hogar y se queden enquistados, mimetizados al sillón, control remoto en mano como si fuera un lingote de oro. Loas a los caídos y buena aventura a los activos que de ellos dependerá la luminosidad del gran espectáculo. Sólo me resta desearles a una parte también valiosísima de este Big Show, a nosotros los espectadores, que gocemos de cabal salud y nos blindemos a toda presión a la cual seremos sujetos conforme avance el torneo. Fuerza y salud señores que la tele aguante y la botana y la bebida no escasee.
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