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La Columna de Rosell

Rafael Rosell

Durante más de una década hemos asistido a los partidos de beisbol profesional de los Vaqueros Laguna, alrededor de 550 juegos en el Estadio de la Revolución, no es necesario precisar la cantidad enorme de derrotas acumuladas, de frustraciones cada vez que el último out caía y los visitantes se llevaban serie tras serie. Estábamos tan mal que hasta una ridícula clasificación en el 2004, cuando José Antonio Manzur convenció a la Liga a implementar un sistema que permitía a un equipo como Vaqueros, que terminó a 19 juegos del primer lugar y jugando pelota de .455, ingresar a la postemporada, lo festejamos y gritábamos por fin en los playoffs, nada más irreal, obvio, cuando se enfrentó a Saraperos, que había ganado 18 partidos más que Laguna, fue aplastado en cuatro juegos seguidos en la primera ronda.

Cinco años después, algo decoroso, Vaqueros por fin terminó una temporada en .500 o arriba de ese porcentaje, ganó 55 y perdió 51 para .519. En la primera ronda de playoffs eliminó en una inolvidable serie, cuatro juegos a tres a los Diablos Rojos. Pero enseguida tuvo que encontrarse con su némesis, los Saraperos de Saltillo quien procedió a eliminarlo otra vez con barrida de cuatro juegos.

Las temporadas pasaron y la esperanza sólida de tener un equipo realmente contendiente se esfumaba año con año, llega el 2014 y llega Lino Rivera, un manager paciente y estudioso como ninguno, lucha y trabaja hasta el último momento, maneja un cuerpo de pitcheo que es históricamente malo, los Vaqueros han ocupado el último lugar en limpias permitidas en la gran mayoría de la temporadas en las que han participado, en esta temporada no son últimos pero son penúltimos.

En este momento es realmente extraordinario lo que están haciendo en el diamante los naranjas de Lino Rivera, nadie les gana una serie, a todos arrollan, la artillería lagunera, la firma de la casa, reparte cañonazos por todos lados y Lino ha encontrado el momento justo para permitir que un pitcheo que permite 5.38 carreras cada nueve entradas no sea determinante en los partidos. Un partido de beisbol está lleno de momentos pero sólo uno que es clave, Lino y sus beisbolistas han sabido encontrarlo y aprovecharlo una y otra vez. No es un secreto que la temporada pasada los cerradores fueron un desastre y echaron a perder múltiples oportunidades de salvamentos, hoy cuentan con Tony Peña júnior, una garantía, un caballo de abridor como Salvador Valdez, un jovencito lleno de talento como Luis Iván Rodríguez, el resto de los lanzadores sólo deben de cuidarse de tener actuaciones desastrosas. En la ofensiva, "The Cuban Connection": Mustelier y Linares, un slugger sano y en ritmo como Francisco "Chipper" Méndez complementan a los principales en el ataque. Es otra época, es otro ambiente, es otra atmósfera, no te quedes sin vivirla, asiste, amable aficionado, al beis, sé testigo de este extraordinario espectáculo, los Vaqueros ganando y ¡diariamente!.

rrosell50@hotmail.com

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