Otra vez, en plena inercia ganadora, sacuden y feo al equipo de Pedro Caixinha. Al Santos Laguna, dirigido por el portugués, suelen despertarlo bruscamente del ensueño de una buena racha ganadora, los peores episodios por los que ha pasado Pedro en plena efervescencia optimista han sido las idas de semis de los últimos tres torneos, Cruz Azul, León y Pachuca tomaron ventajas irremontables dejando siempre la vuelta como misión suicida para los Guerreros.
La cara de Pedro lo decía todo el viernes por la noche en Tijuana, el oficio de los veteranos de Xolos exhibió a su línea defensiva (hasta antes del partido la segunda mejor del torneo) cada pelotazo frontal al centro del área santista era un suplicio para los centrales verdiblancos. Alfredo Moreno, un experto en anotar goles a los laguneros, volvió a su papel de Warrior Killer y "abusó" tanto de Alanís como de Izquierdoz. Jugadores de la capacidad y talento como Dorlan Pabón, Humberto Suazo y el oficio de Moreno, no perdonan errores groseros como los de Salinas, Aldrete y Alanís en partidos consecutivos. La película se repite y Pedro tiene que recurrir a todo su arsenal y cuando digo todo ¡es todo! El viernes terminó en la cancha del "Caliente" con Escoboza, Calderón, Orozco, Darwin, Djaniny y Rentería asediando el arco de Cirilo pero esta vez se toparon con una zaga plena de individuos con millas de cancha recorridas como Gandolfi y los dos Pelleranos que resistieron sin permitir un gol más.
Cierto, muy cierto, un detalle significativo ocurrió al minuto 26, con el marcador uno a cero a favor del local, Richard Ruiz saltó junto con Juan Pablo Rodríguez y a diferencia del santista, Ruiz fue en forma alevosa con el codo por delante hiriendo al contención lagunero, José Alfredo Peñaloza, árbitro central, se acobardó y decidió sacar sólo una amarilla. Al final de cuentas Santos Laguna fue vencido claramente, este tipo de descalabros no pueden repetirse en una eliminatoria directa, esperemos que esta haya sido la única derrota contundente del torneo, Pedro y sus muchachos pueden revertir las cosas siempre y cuando no sean exorbitantes, caer por un gol en liguilla en la ida o en la vuelta, los Guerreros lo pueden manejar, tienen la herramienta necesaria pero esos goles que se vienen en cascada con los subsecuentes berrinches de Oswaldo regañando hasta a los recogebolas es una película de terror que no queremos volver a ver.
Las derrotas, es obvio, son los dolores de cabeza de cualquier técnico, pero especialmente las que de manera inopinada reciben Pedro y sus muchachos puntualmente cada torneo donde todo lo mostrado en juegos anteriores se desmorona inexplicablemente, saca de onda y gacho. La clasificación otra vez se da por descontada (gran mérito para el club lagunero) el asunto será en plena liguilla y sobre todo si se llega por cuarta vez consecutiva a semifinales el fantasma de las derrotas claras y por goleada estará rondando, si Caixinha y sus dirigidos entran a una inercia normal, es decir, ganar o perder por marcadores decorosos en un ida y vuelta especialmente, nadie los va a eliminar, por fin llegarán al quinto y sexto partido, conquistando la quinta estrella.
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