Traer a un técnico fuereño en el intento de apostarle a lo refrescante y nuevo. Evitar recurrir a una manoseada, hasta el cansancio, baraja de entrenadores tiene su mérito para quien lo intenta. Santos Laguna obvio no ha sido el único que lo ha intentado. El asunto es traer a un estratega del extranjero pero sin pergaminos importantes, por aquello de los costos. Resulta entonces toda una labor de inteligencia deportiva el localizar al individuo que reúna el perfil que se busca. Veamos: que le interese dirigir en México (país singular sin duda), que esté dentro del presupuesto, no se trata de traer al ingeniero Pellegrini o al "Loco" Bielsa en el remoto caso que decidieran aceptar te cobrarían una fortuna, no, se trata de alguien que sin estar al frente de un equipo o selección de elite esté lo suficientemente cerca para nutrirse de conocimientos y tendencias novedosas en este mundo loco del futbol. Accesible dentro del presupuesto y con libertad absoluta para poner en práctica todas sus ideas debidamente estructuradas. Este entrenador deberá de sumar sus teorías dentro y fuera de la cancha al grupo de jóvenes de Orlegi Deportes, dueños del equipo y por supuesto coincidir en lo básico.
El elegido fue Pedro Caixinha, quien cumplió perfectamente con este perfil buscado por Alejandro Irarragorri y su equipo, Pedro ha dado resultados inmediatos manteniendo a los Guerreros entre los cuatro mejores en tres torneos consecutivos, es un obsesivo del estudio del juego y las estadísticas que éste va generando. Cuando llegó la imagen que proyectó fue la de un señor serio y trabajador y sí, Pedro es un auténtico "workaholic". En cuanto a la seriedad nadie objeta nada respecto a su trabajo, pero en cuanto tiene un micrófono adelante persiste en su campaña de "alfabetización" de los medios, Pedro (de buena voluntad me consta) intenta formar parte activa de la familia futbolística de nuestro país. "Como parte del futbol mexicano y a título personal me atrevo a opinar lo siguiente", y ¡tómala!, ahí viene otra declaración con la debida jiribilla del lusitano. En lo personal prefiero a este tipo de personajes del futbol a los "políticamente correctos".
Los mexicanos somos muy especiales en cuanto aquello de "es que me habló muy feo", nos gusta darle vueltas tanto a las preguntas como a las respuestas, raramente somos directos y vamos al punto. Pedro en nuestro país está identificado como poseedor de un tacto digno de un toro en cristalería, la diplomacia simplemente no es lo suyo. Ejemplo, después del empate contra Monarcas la pregunta obligada era sobre los silbidos y los gritos de ¡fuera! de un buen número de aficionados, Carlos Izquierdoz, defensor central, respondiendo a la pregunta: "tenemos la misma bronca que nuestros aficionados, tienen todo el derecho de manifestar su bronca, créanos, estamos igual de enojados y trabajaremos para dar satisfacciones a nuestros aficionados", respuesta debidamente pensada y "políticamente correcta". Turno de Pedro Caixinha: "En esta casa la afición no manda", respuesta estando todavía caliente y carente de todo tacto. Que haya dicho estrictamente la verdad ni hablar, pero hay modos mi Pedro. La afición, nos queda claro, no tiene voto pero, vaya, sí tiene voz.
En fin rollos aquí, rollos haya, no perdamos de vista lo principal y es la obtención de la quinta estrella y para eso todavía necesitamos a Pedro aferrado al timón de la nave lagunera.
rrosell50@hotmail.com
