Desde que mis adorados Diablos Blancos del Torreón en la temporada que ascendieron a la Primera División jugaron la Copa México 69-70 (la verdad es que se llamaba Copa Gustavo Díaz Ordaz, pero dan ñañaras nada más escribir el nombre de tan malhadado personaje) llegando a la final no se había suscitado tanto interés en nuestra región como en la final del martes entre Santos Laguna y Puebla.
En aquellos heroicos tiempos, los Diablos Blancos iniciaron su camino a la final jugando el Clásico Lagunero para abrir boca, el Estadio San Isidro fue el escenario para el partido de ida que terminó uno a uno. La vuelta se jugaba en el Revolución (sí, la casa de los actuales Vaqueros de beisbol profesional) pero la banda se alocó e invadió la cancha "echando mano a sus fierros como queriendo pelear", el partido fue suspendido y se llevó a cabo al día siguiente, volvieron a empatar a uno y se fueron a la tanda de penales, en aquel tiempo un solo jugador de cada equipo pateaba tres penales, José "La Caica" Zamora fue el héroe de los blancos al acertar los tres y eliminar así a la Ola Verde del Laguna.
Siguiendo su camino a la final el Torreón eliminó al Monterrey y al León, la gran final sería entonces contra el poderoso campeonísimo nada más y nada menos el Guadalajara, así es chavos, aunque no lo crean, las Chivas fueron una aplanadora en la década de los cincuentas y sesentas, de hecho obtuvieron su octavo título de liga precisamente esa temporada del 69-70. Pero volviendo a la semifinal de Copa cuando el Torreón visitó a los Panzas Verdes decenas de camiones viajaron repletos de fanáticos blancos incluyendo a la legendaria "Güera Semillera" pa no extrañar. Aquello fue algo muy similar a la original Santosmanía de la 93-94.
Desde la creación en la época profesional de la Copa México en la temporada 1943-1944, de los tres equipos laguneros sólo los Diablos Blancos del Torreón habían llegado a una final, ahora el turno es de nuestros Guerreros que tienen la brillante oportunidad de ganarla aun sabiendo que el entrenador de La Franja tiene influencias arriba, muy arriba.
El Puebla ha obtenido tres veces la Copa, en la 44-45, 52-53 y 87-88 y ahora trae un técnico que confiesa: "Dios es mi cuate". La verdad es que José Luis Sánchez Solá, mejor conocido en el ambiente como "El Chelís", es junto con José Saturnino Cardozo, Ricardo Tuca Ferreti, Tomás Boy y, por supuesto, nuestro portugués de los personajes de nuestro peculiar balompié a los cuales se les agradece se salgan del cansino guión que manejan los burócratas como: Bueno, Guzmán, Tena, Vázquez y otros naipes de nuestra baraja de técnicos más gastada que la gabardina de Cantinflas.
Otro atractivo sin duda será el Cuau que se empeña en no ser eclipsado por Ronaldinho como la figura legendaria del torneo y sigue generando algunas luces de su fantástica imaginación para jugar a la pelota. Ambos equipos están fuera de la liguilla en este momento, Puebla necesita un milagro del cuate de Chelís y Santos Laguna sigue en la pelea. El asunto es que en caso de no clasificarse en la Liga saben que ganar la Copa será un paliativo para sus respectivas parcialidades. Entonces no le hagamos más al monje y vámonos al TSM por que este martes es noche de Copas.
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