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La Columna de Rosell

Rafael Rosell

La Constitución Mexicana concede igual número de derechos y obligaciones a los ciudadanos mexicanos que así se acrediten, no importa el lugar donde hayan nacido. Dentro de algunos derechos está el de la libre expresión y en base a ella escribimos lo siguiente: no estamos ni remotamente de acuerdo con las decisiones de la Liga MX para facilitar el número de naturalizados, extranjeros, mexico-norteamericanos, etcétera, que comienzan a invadir el futbol profesional de nuestro país.

Se pueden esgrimir un variado número de argumentos a favor de la medida y están en su derecho los que ingenuamente piensan que con equipos plagados de no nacidos en México como titulares la calidad de nuestro futbol va a mejorar ostensiblemente, no es así, por historia los petardos venidos de fuera hacen mayoría. De cada diez foráneos que llegan a nuestro futbol si mucho dos o tres justifican su contratación, el resto vegetan y deambulan por los diferentes equipos y divisiones.

Las probabilidades de que la mediocridad del extranjero se acentúe, es mayor, simplemente porque las exigencias para contratarlos serán ahora más laxas. Ahora, creer que equipos con exiguo presupuesto contratarán a naturalizados o extranjeros con curriculum respetable es ingenuo. Por otra parte, dentro de las medidas recientes la de mantenerse con trabajo diez torneos seguidos en nuestro futbol no era del todo mala porque demostraba capacidad en el foráneo por más que se cuente con un promotor avezado en estas lides. Algunos esperan que la Liga condicione a los equipos para contratar como se hace en Inglaterra, donde el extranjero debe de reunir condiciones que lo avalen para merecer participar en una de las tres más importantes Ligas del Mundo, también es caer en una candorosa confianza.

Pero lleguemos al punto crucial de este engorroso asunto, si en un futuro nada lejano la mayoría de los equipos tendrán de ocho a nueve no nacidos en México en la cancha, las generaciones de futbolistas mexicanos que vienen haciendo el proceso, sub 15, sub 17 y sub 20, digamos en promedio tres chavos por equipo que sean promovidos al año al primer equipo, nos da un total de 54 futbolistas "graduados", en algunos casos y en su momento seleccionados campeones o subcampeones del mundo, ganadores de medalla de oro, panamericana y olímpica, otros con 30 ó 40 partidos internacionales en diferentes torneos alrededor del mundo, se encontrarán que habrá dos o tres puestos titulares disponibles para nacidos en México pero éstos estarán ocupados por veteranos mexicanos (algunos tienen años en el limbo futbolístico), el resto, copado por los no nacidos en nuestro país, entonces, ¿dónde rayos van a encontrar empleo estos muchachos? Se van a convertir en los 'ninis' del futbol, ni estudian (terminaron su proceso) ni trabajan (no encontrarán lugares donde desarrollarse como profesionales). "Que se ganen su lugar, que demuestren que son mejores que los naturalizados", esgrimen algunos. Consideran una competencia leal y pareja ¿un novato contra un futbolista hecho y derecho? Porque en eso terminaremos, llegando a una competencia nada sana y mucho menos justa entre futbolistas con años de experiencia contra jovencitos que presionados al máximo tendrán que demostrar casi de inmediato que son capaces, cuando todos sabemos que un debutante debe de contar por elemental lógica de la paciencia de todos los involucrados en un club. Una pregunta más ¿a quién creen que preferirán poner en la cancha los técnicos cuidachambas que pululan en nuestra Liga?

rrosell50@hotmail.com

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