Blatter (izquierda) pidió 'apoyo' al pueblo brasileño para la realización con éxito del Mundial de 2014, que comenzará el próximo 12 de junio en Sao Paulo. (EFE)
La FIFA "no tiene miedo" de que las cosas salgan mal al arrancar la Copa del Mundo de Brasil a pesar de los problemas con los preparativos.
El organismo rector del futbol mundial indicó ayer que tiene el "control" de lo que requiere hacerse para que el torneo tenga un buen inicio en una semana.
"El sentimiento general es que hemos hecho... todo lo que necesitamos para asegurar que la Copa del Mundo comenzará el 12 de junio", dijo su secretario general Jerome Valcke tras una reunión del comité organizador local.
La reunión se llevó a cabo en una jornada en que Sao Paulo se vio inmerso en un caos de tránsito luego que los operadores del tren subterráneo y del tren suburbano se declararon en huelga, lo cual puso en riesgo los únicos medios que la mayoría de los aficionados tendrán para llegar al estadio Itaquerao, donde el 12 de junio se disputará el partido inaugural entre Brasil y Croacia.
"Tenemos el control; no tenemos miedo de los próximos días", dijo Valcke, e hizo notar que confía en que las autoridades locales harán todo lo posible para impedir que eventos como huelgas y protestas "tengan un impacto" sobre el torneo.
Al preguntársele si el país se encuentra listo, Aldo Rebelo, ministro de Deportes de Brasil, reconoció que hay algunos problemas en los preparativos y dijo que es imposible "colgar un diploma en la pared donde diga que todo está listo"."Estamos conscientes de nuestras dificultades", señaló. "Hemos hecho todo lo que estaba a nuestro alcance... para darle a los visitantes una cálida bienvenida".
Después que los organizadores locales presentaron su reporte más reciente en torno a los preparativos del país, Joseph Blatter, el presidente de la FIFA, dijo que el organismo "confía" en que el torneo será exitoso.
Blatter y la FIFA volvieron a declinar referirse directamente al Mundial de 2022 en Catar, que también se encuentra en entredicho luego de un reporte del periódico Sunday Times en Gran Bretaña en el que se afirmaba que el catarí Mohamed Bin Hammam, expresidente de la Confederación Asiática de futbol expulsado por la FIFA en 2012, le pagó a las autoridades futbolísticas millones de dólares para que respaldaran la campaña del país con el fin de ser la sede.
Walter De Gregorio, director de comunicaciones de la FIFA, inició la conferencia de prensa ayer enfatizando que "no podemos decir nada acerca de esto" hasta que Michael García, fiscal del organismo, concluya su investigación.
