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La función debe continuar

Diálogo

YAMIL DARWICH

Tal vez Usted recuerde aquellas viejas películas filmadas en blanco y negro, donde la estrella principal moría al final, sostenida en brazos por el galán o quizá recostada en un diván al estilo de La Dama de las Camelias; a la vez, el empresario, dirigiéndose a la cámara cinematográfica concluía en medio de la tragedia, diciendo "la función debe continuar". Los mayores, especialmente las ahora abuelas, sacaban discretamente un pañuelo del bolso de mano y se secaban una lágrima que las traicionaba mientras los abuelos fingiendo no sentirse afectados, también mostraban sus ojos llorosos.

Hoy no es en el cine o la televisión en donde nos venden la historia; se difunde a través de medios masivos tan efectivos como la computadora o el teléfono celular y las noticias corren instantáneamente, siempre controladas por unos pocos que nos explican, a su conveniencia, lo que ellos quieren que asimilemos.

Así: Neymar es acusado de defraudar al fisco y luego de ejercer bullying en Brasil contra extranjeros, todo por hacer en un anuncio de refresco brasileño, una traducción de broma a quienes pretenden comprar una bebida embotellada; en México, el "Piojo" Herrera es atacado por congresistas de Nuevo León, por utilizar a un perico en otro comercial, cumpliendo aquello de "no ver la viga y sí la paja en el ojo ajeno".

Marcelo Ebrard es denunciado por fallas en la construcción de la línea doce del Metro y aparecen dos responsables diferentes, uno culpado por la construcción y el otro por el arrendamiento de trenes. Luego nos lo transforman en guerra política entre la izquierda mexicana. ¿Y las cuantiosas pérdidas?

Detienen al "Chapo", matan al "Chayo" por segunda vez y nos llenan de datos anecdóticos, mitos urbanos y otras historias que nos mueven la curiosidad y el morbo, mientras las reformas hacendarias pierden importancia.

Los líderes del crimen son atacados por defensores que emergen de la ciudadanía, luego ellos mismos se transforman en noticia y se les acusa de ser peores humanos que los combatidos. Cumplido el propósito de distracción, nos confunden y ahora no sabemos quiénes son realmente los malos.

Oceánica es la gran estafa empresarial que de "corbata" se lleva a la quiebra a un equipo de futbol, a lo que reaccionan algunos diputados pidiendo se les pague a los jugadores de los dineros públicos. ¿Y su trabajo de promulgar leyes?

Curiosamente las noticias son útiles para restar la importancia de la guerra por los intereses oscuros, nacionales e internacionales; distraernos con "pan y circo", en tanto los acaparados de poder y el dinero hacen sus movimientos magistrales.

A nivel internacional, en nombre de la democracia y la libertad, occidente encabezado por EUA y la Comunidad Europea, intentan quitarle Crimea a Ucrania y a la vez debilitar a Rusia en economía y defensa militar. Sin lograr sus propósitos, ahora buscan revancha poniéndonos a todos en peligro.

La otra imagen del espectáculo puede ser muy distinta:

La feroz guerra por el restablecimiento del poder partidario, al viejo estilo de tres cuartas partes del siglo pasado de la política nacional, que incluye denuncias, acusaciones y descubrimientos de lo previamente encubierto y solapado. Tranzas reiterativas.

Vivimos en la urgente necesidad de reordenar a México para hacerlo atractivo a los inversionistas, aunque sea acosta del deterioro ecológico del estrecho de Burgos; intentan retomar el poder de la fuerza "negociando" ¡fuera de la ley! con una autoridad autoeregida, no vaya ser que prospere otra revolución mexicana; eliminar a los competidores de otros grupos políticos, que cada vez se sienten más apoyados por las minorías amenazantes para transformarse en mayoría.

A nivel internacional, nos distraen con los prolegómenos del mundial de futbol, ante las vicisitudes de un pueblo brasileño que se muestra en oposición a la enorme inversión que puede transformarse en gasto; o el tristemente dictador Maduro, que recurre a pajaritos para recibir mensajes del antecesor sin importarle el juicio mundial por su locura que denigra a los venezolanos; también el ocultamiento de los reales propósitos de hegemonía mundial, de estados históricamente dominantes como Estados Unidos, Rusia y China, que de fondo disputan posiciones en lo que será el futuro del globo terráqueo con dominadores y sometidos.

Entre todo, "el show debe continuar", ideológicamente diseñado para sostenerse en el poder, aplicado por empresas monopólicas de medios de comunicación que ceden ante la fuerza y empiezan a reconocer que "es mejor repartir el pastel" que quedar fuera del banquete.

Nosotros deberemos estar atentos y pedir a nuestros cercanos que abran los ojos y comprendan que más allá del espectáculo se vive una renovación en las posiciones del poder que, como nunca, se ha vuelto más violento y despiadado, todo en aras de dominar y seguir recibiendo beneficios inmorales apoyados en la fuerza que ejercen. Esté atento.

ydarwich@ual.mx

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