La medición estadística es hoy una herramienta indispensable para la toma de decisiones de la vida pública de las ciudades, regiones y países. Los números y su interpretación permiten la posibilidad de revisar desde un punto de vista objetivo el pasado reciente, observar y analizar dónde nos encontramos parados y proyectar soluciones a los problemas que aquejan a la sociedad.
Durante los últimos siete años se generó un vacío de información respecto a los datos del empleo formal en las distintas regiones de los estados de Durango y Coahuila, medido a través de los datos de trabajadores asegurados del Instituto Mexicano del Seguro Social, por lo que resultaba difícil comparar el dinamismo de, por ejemplo, la zona metropolitana de la Comarca Lagunera y las capitales de ambas entidades federativas. Sin embargo, estos datos ya se encuentran disponibles en la página de Internet del Instituto, www.imss.gob.mx, con lo que ahora es posible revisar qué pasó en la región y en los estados durante el citado período.
En este sentido, El Siglo de Torreón publica hoy en su primera plana y en la portada de Finanzas una investigación realizada por la periodista Socorro Muñoz, editora de la sección mencionada, y Daniel González, economista y colaborador del diario en los resúmenes económicos anuales e integrante de la asociación Renacer Lagunero. Los datos son contundentes y reveladores.
En el lapso de 2007 a 2013 La Laguna perdió dinamismo en la creación de empleo formal y la brecha entre Saltillo y Durango capital y la región se ensanchó considerablemente. En resumen, la diferencia entre la capital de Coahuila y Torreón en cuanto a puestos de trabajo era de apenas dos mil 241 en 2007, es decir, 1.3 por ciento menos para la ciudad lagunera. Al cierre de 2013, la diferencia se amplió hasta las 35 mil 389 plazas, lo que se traduce en 15 por ciento menos en Torreón en relación con Saltillo. Así, mientras en la capital el estado se generaron 50 mil 439 empleos en los últimos siete años, en la llamada Perla de La Laguna se crearon apenas 17 mil 471. Esto quiere decir que la primera ciudad generó casi tres veces más empleo que la segunda.
En Durango, la tendencia es más pronunciada. La diferencia entre la capital estatal y Gómez Palacio era en 2007 de apenas dos mil 536, o sea, 2.8 por ciento menos para la urbe de La Laguna. Para 2013, la brecha se ensanchó hasta los 25 mil 658 puestos de trabajo, que significa 21.8 por ciento menos en Gómez Palacio en relación con Durango. En el período citado, la capital generó 27 mil 882 empleos, mientras que la vecina ciudad apenas cuatro mil 760, lo cual quiere decir que la primera creó casi seis veces más trabajos formales que la segunda en siete años.
Estas cifras pueden dar pie para diferentes análisis y lecturas. Para ello, es necesario considerar varios aspectos. En primer lugar, en el ámbito político, llama la atención que la creciente brecha entre el desarrollo de las capitales contra el de la comarca existe con todo y que los gobernadores de ambos estados han sostenido una y otra vez que la atención, promoción y crecimiento es parejo en todas las regiones. Pero, a la luz de los datos, podemos decir que nos encontramos con un caso más de realidad contra discurso oficial. El desarrollo económico de Torreón y Gómez Palacio ha sido considerablemente menor al de Saltillo y Durango. Ni siquiera sumando el aumento en el empleo de las dos ciudades laguneras es posible alcanzar la cifra de ninguna de las dos capitales por separado.
Por otra parte, este incremento de la distancia en la cifra del empleo ha coincidido con las administraciones estatales de Humberto y Rubén Moreira en Coahuila, e Ismael Hernández Deras y Jorge Herrera Caldera en Durango. Este dato es relevante ya que son los gobiernos de las entidades federativas los que tienen la mayor responsabilidad, además de la mayor cantidad de recursos, a la hora de llevar a cabo las labores de promoción y fomento económico para la atracción de inversiones.
Otra lectura que resultará interesante hacer sobre lo que se puede llamar los siete años perdidos de La Laguna en materia económica, es el de la relación que tiene el estancamiento del empleo con el aumento de la criminalidad en la zona metropolitana. Para ello hay que considerar que mientras la población del área conurbada crece a razón de dos por ciento anual, es decir, un acumulado de 14 por ciento en siete años, el empleo apenas ha crecido 8.5 por ciento, sin considerar el rezago que de por sí ya existe en esta materia y que se puede medir con la cifra de desempleo, que en 2013 rondaba el siete por ciento.
Lo anterior quiere decir que hay un cúmulo importante de laguneros que, debido a la falta de trabajo formal, debe buscar alternativas para subsistir, ya sea en la informalidad, en la emigración o, lo más triste, en la delincuencia. Sobre este último punto no hay que perder de vista la coincidencia que hay entre el estancamiento del crecimiento económico en el período 2007-2013 y la crisis de inseguridad vivida en esos años precisamente, la cual tuvo su pico entre 2010 y 2012.
Por último, hay que tomar en cuenta que la Comarca Lagunera es una de las regiones con más universidades en el norte del país. Nada más en la Comunidad de Instituciones de Educación Superior de la Laguna hay 32 agremiados, aunque se habla que la cifra total de universidades alcanza las 50. Ante un escenario de escaso crecimiento del trabajo formal, no es aventurado decir que muchas de esas instituciones son auténticas fábricas de desempleados.
Asociaciones como Renacer Lagunero, México Avanza y Consejo Cívico de las Instituciones Laguna, han comenzado a poner sobre la mesa el tema de la relación entre la descomposición social y el desarrollo económico para tratar de entender la crisis por la que atraviesa la región y buscar posibles soluciones. Crisis que, dicho sea de paso, está más allá del triunfalismo del discurso oficial, la estrategia imperante de balas contra la inseguridad y de anuncios y promesas de los gobiernos.
Dialoguemos en Twitter: @Artgonzaga
O por correo electrónico: argonzalez@elsiglodetorreon.com.mx