Trabajo. El director orquestal considera que implementar estrategias hace que la música continúe en el gusto del público.
Para el connotado director brasileño Lanfranco Marcelletti, quien dirigirá a la Orquesta Sinfónica de Xalapa en la inauguración del 26 Festival de Música de Morelia, uno de los retos de la música clásica es vislumbrar el futuro de la sociedad, tomando en cuenta que las herramientas tecnológicas están cambiando sus comportamientos.
"Lo importante es entender hacia dónde se dirige la sociedad, ya que hoy en día están cambiando su manera de convivir y de disfrutar las cosas. Por ejemplo, ahora ya pueden ver y escuchar nuestra música a través de plataformas en Internet, DVD y smartphones, pero nuestro trabajo es analizar cómo podemos seguir estando vigentes", sostuvo Marcelletti.
En entrevista, el también pianista agregó que entre las prioridades de quienes deseen seguir haciendo música están el entender el tiempo que se vive, las transformaciones y las necesidades de las personas, "porque nuestra prioridad es hacer cosas muy importantes para la sociedad".
"Yo no tengo duda del producto, la música clásica es increíble, por eso ha sobrevivido más de mil 200 años, pero ahora el objetivo es atraer a las personas a las salas de concierto, entender cuál es nuestra función y nuestro sitio en la sociedad en la que vivimos", comentó el músico, quien afirma, además, que los mexicanos son muy creativos debido a la rica cultura que poseen.
Auguró que la música no desaparecerá, "eso es tan absurdo como decir que vamos a cerrar los museos porque esa pintura está muy viejita. No pongo en duda el trabajo, pero sí poder entender que toda labor depende de hacia dónde va la sociedad, es decir, dónde vamos a encajar e impactar".
Marcelletti, para quien la música no sólo es su profesión, sino su vocación y pasatiempo, esta disciplina tiene un poder muy positivo en las personas, "pues si así lo desean puede transformar su vida", apuntó.
El trabajo social
Perceptiblemente emocionado, el Premio "Eleazar de Carvalho" 1997 refirió que "de 2011 a 2012 fui director de un proyecto infantil musical para niños necesitados en la ciudad Recife (noreste de Brasil), en una colonia pobre y muy peligrosa en cuestiones de droga, y ahora 170 niños cuentan con apoyo médico, alimento y educación, pero lo mejor es que por la mañana van a la escuela y por la tarde aprenden a tocar su instrumento".
"Mi corazón todavía vive ahí, son con mis hijos, estuve trabajando dos años con ellos y entendí que la música clásica asusta a algunas personas, pero a otras las transforma, las quita de una realidad tan dura. Me siento tan honrado y con tanta suerte que recuerdo con mucha emoción lo que una vez me dijo un chico: 'Esta música y estar aquí me hace olvidar de donde vengo'", expuso.
Bajo ese tenor, compartió: "El arte, en este caso la música, tiene la capacidad de hablarle al alma. Nosotros somos también responsables de la educación de la sociedad, tenemos que dotar a nuestro público de humanidad; la música es un instrumento de vida".