Doctor en Casa

La nutrición, un arma contra el cáncer

Qué comer antes, durante y después de la enfermedad

La nutrición, un arma contra el cáncer

La nutrición, un arma contra el cáncer

Cristina Garza

Según el Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos, la alimentación del paciente con cáncer de mama es de vital importancia para la recuperación del mismo. Existen múltiples estudios que han probado que una persona que se alimenta de forma saludable tiene menos probabilidades de contraer enfermedades, lo que ha provocado que los pacientes que contrajeron cáncer en alguna ocasión cambien sus hábitos alimenticios y se hayan adiestrado en cómo mantenerse nutridos. El objetivo es evitar la terrible experiencia del cáncer, es por eso que en los últimos años se han iniciado una serie de campañas de salud sobre cómo alimentarse con el fin de incentivar a la población a mantener una vida saludable para evitar y combatir el cáncer, la enfermedad del siglo.

La desnutrición en el paciente

Las claves de alimentación para una vida saludable en general son alcanzar y mantener un peso corporal saludable, comer una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y dormir lo suficiente. La desnutrición en el paciente con cáncer es el principal enemigo para su pronta recuperación, según el Instituto Nacional de Cáncer, debido a que el enfermo debe comenzar un tratamiento de inmediato y la mayoría de ellos afectan la nutrición del cuerpo, lo que puede resultar en una fuerte incapacidad para combatir infecciones y curarse.

Aún estando nutrido al inicio del cáncer, se pueden presentar complicaciones, ya que el tratamiento tiene efectos secundarios como la pérdida de apetito, llagas en la boca, náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, dolor, entre otros. Es por ello que una alimentación rica en nutrientes puede ser de gran apoyo para la lucha contra el cáncer.

Antes del cáncer de mama

Hay ciertos factores que hacen a una persona más vulnerable a padecer este tipo de cáncer, como la historia familiar, la genética, el aumento de la edad, ser de sexo femenino y la edad en la que se tuvo el primer período. Otros factores son el sobrepeso, la vida sedentaria, el consumo de alcohol y fumar. Para la prevención del cáncer se recomienda comer y beber una cantidad suficiente de alimentos y líquidos que contengan vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos, grasas y agua, dice el ginecólogo Raúl García Mena. Existen algunos alimentos a los que se les atribuyen propiedades anticancerígenas como los pescados azules (salmón, el atún y la sardina) el aceite de oliva, brócoli, coles, cebolla, ajo, poro, leguminosas, naranja, té verde, frutas cítricas, arándano, leche de soya y yogurt.

Durante el cáncer de mama

Cuando una persona se convierte en paciente de cáncer, en conjunto con el tratamiento se comienza lo que denomina García Mena como 'terapia nutricional', la cual se usa para ayudarlos a obtener los nutrientes que requieren para mantener su peso, fuerza y los tejidos del cuerpo sanos de manera que se puedan regenerar y combatir invasiones o infecciones. Los hábitos que se intentan inculcar a un enfermo de cáncer pueden distar por mucho a los consejos habituales de nutrición para personas sanas, entre diversas razones porque algunos tumores emiten sustancias químicas que cambian la manera en que el cuerpo utiliza los nutrientes; usualmente impiden la absorción de ellos.

Las personas con cáncer necesitan añadir proteínas y calorías a su dieta, comer más leche, huevos y queso, añadir caldos en sus comidas para facilitar la creación del bolo alimenticio y consumir alimentos con poca fibra. Estas recomendaciones pueden variar de acuerdo a los efectos que los alimentos generen en el paciente. “No vas a pedirle al paciente que tome leche si le causa vómitos, la terapia se trata de ir incorporando alimentos que pueda procesar el enfermo”, dice García Mena. Un dietista y el oncólogo deberán ir de la mano para que el paciente pueda llevar el tratamiento y superar la enfermedad.

Después del cáncer de mama

Continuar con una alimentación saludable toma mayor importancia cuando ha terminado el tratamiento. Según el ginecólogo, la comida juega un papel esencial para que el cuerpo se recupere por completo. Por eso, la Sociedad Americana de Cáncer recomienda que se incluyan mínimo cinco porciones de frutas y verduras en las comidas diarias. Es en este momento cuando los hábitos se deben modificar nuevamente, debido a que la alimentación que el cuerpo requiere, cambia. Se deben evitar las grasas saturadas; el pescado y la carne magra serán las principales fuentes de energía. Los carbohidratos se obtendrán solamente de fuentes sanas como los vegetales, legumbres y frutas. Todo ello para procurar llegar a un peso saludable, ya que es probable que haya quedado con kilos de más o de menos.

Según un estudio llamado Women´s Healthy Eating and Living avalado por el Instituto Nacional de Cáncer, de casi 3 mil mujeres recuperadas y encuestadas, un 58 por ciento adopto un estilo de vida más saludable después de ser diagnosticadas. García Mena explica que quien ha padecido y superado esta enfermedad tiene un riesgo de recaída, por esta razón el paciente se mantiene en observación y tratamientos de prevención por alrededor de cinco años más. En México cada año mueren más de 3 mil 500 mujeres por cáncer de mama, siendo el segundo tumor más frecuente en la población. Esta enfermedad es difícil de prevenir, pero una alimentación sana puede ser un buen comienzo.

FUENTES: www.cancer.gov, www.inegi.org.mx

Leer más de Doctor en Casa

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Doctor en Casa

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

La nutrición, un arma contra el cáncer

Clasificados

ID: 1053621

elsiglo.mx