La Puerta de la Creación
Tadao Ando es un arquitecto y boxeador japonés que ha sabido noquear las vicisitudes de la vida profesional construyendo edificios de todo tipo alrededor del mundo, lo que lo llevó a obtener el Premio Pritzker de Arquitectura en 1995 y lo colocó en la élite de su gremio. Su primer edificio en Latinoamérica fue construido en México, un motivo de orgullo para el país.
LA ENTRADA AL INGENIO
La Puerta de la Creación es el primer edificio de Tadao Ando en Latinoamérica, está ubicado en México, en la norteña ciudad de Monterrey, Nuevo León, y también es conocida como el Centro Roberto Garza Sada de Arquitectura, Diseño y Arte de la Universidad de Monterrey (UDEM).
Tadao Ando es poseedor de una arma poderosa como lo es su arquitectura intrépida, que surge de una geometría transparente y que es bella por el uso del hormigón, esencial y minimalista. Utiliza materiales desnudos para que cada uno de sus detalles evoquen recuerdos de una vida completa; plena de madurez.
Este centro es fiel reflejo de todo lo anterior y cuenta con nueve mil metros cuadrados que están destinados a la enseñanza de materias creativas y técnicas para seis diferentes carreras: Arquitectura, Diseño Gráfico, Diseño Industrial, Diseño de Interiores, Diseño de Modas y Artes Visuales, además de dos maestrías y un programa de alto rendimiento para los mejores trescientos alumnos de América Latina.
El programa arquitectónico propone la creación de aulas, laboratorios y talleres especiales para el aprendizaje y práctica del Diseño, Arquitectura y Artes Visuales, así como áreas especiales para trabajo de investigación y salas para exposiciones.
Es un edificio académico con enfoque artístico modulado en tres claros en su lado corto y once en su lado largo, de forma rectangular, y va reduciendo su área en sus plantas superiores. Los elementos contrastantes de su planta son los abanicos que forman sus auditorios y se recorta el volumen principal por el detalle de estrías del exterior. Todos las áreas se acomodaron alrededor de patios que iluminan los espacios de forma natural.
ALQUIMISTA DE LA LUZ
El manejo de la luz que le da vida al edificio es uno de los aspectos más importantes de esta obra. No se puede pensar en una buena arquitectura sin luz natural y su manipulación en beneficio del hombre. Ando es un alquimista de la luz, llena los espacios de forma gradual, la controla, juega con ella, cierra o abre los espacios para que la capture, la luz es para Ando otro instrumento más que controla con su batuta de director de su orquesta arquitectónica. Para ello es necesario vivir el edificio, estar a diferentes horas dentro del él. El edificio no es sólo uno, el edificio es a cada minuto uno diferente, es muchos edificios integrados en uno, ahí radica el truco del alquimista.
Para entender la arquitectura de Tadao Ando es necesario ir y ver, volver y ver, una y otra vez... su obra nos invita a regresar eternamente.
UN MONUMENTAL UMBRAL
Lo primero que viene a la mente al ver esta obra en su entorno es el concepto de 'majestuosidad', hace evocar también el conocido concepto de 'monumentalidad', acuñado por Louis I. Kahn, ya que parece un edificio de la antigüedad.
Es una construcción rigorosa, con autoridad. Es un prisma rectangular que se acomoda con los niveles del terreno y todas sus caras son grandes superficies reflectoras de luz. Tiene un giro plástico gracias a un genial detalle con estrías que lo dota de dinamismo y crea el espacio por donde se accede a un mundo metafísico y desconocido, un mundo por descubrir.
El acabado exterior en sí genera emociones, emana creatividad, invita a entrar. En el exterior contrasta con el paisaje circundante y a muchos metros de distancia se percibe la intención de Ando de llamar la atención como una gran escultura urbana, de embellecer el área con su presencia.
Se preocupa por dialogar con el cielo regiomontano como diciendo: “Aquí estoy para que me disfruten, formo parte del sitio”.
Tadao Ando comparte una sinfonía congelada; el edificio es una sinfonía congelada y compartida con México.
El uso de formas básicas que lo caracteriza hace ver su arquitectura fácil para los pocos entendidos, pero la verdad es que esta visión obtusa es sólo aparente. Sólo basta estudiar los planos al detalle para ver cada una de las historias que se generan en su interior y todas las personas que se inspirarán en el edificio para encontrar su verdadera vocación.
Lo que sí es seguro es que es un espacio de primer mundo para la comunidad de la UDEM, y para todo aquel curioso que lo visite. Es una grata sorpresa saber que esta institución educativa ha contratado a este gran arquitecto para el diseño de este centro, eso habla de una mentalidad con empuje, ganadora y con hambre de tener las mejores instalaciones posibles en una ciudad con tanto prestigio como Monterrey, que sin duda las merece y las tiene.
México debe estar agradecido de tener una obra de Tadao Ando ya que cada metro cuadrado lo vale. No hay que dejar de visitarla y disfrutarla.
EL CAMINO DE UN GRANDE
Un personaje confiado que diseña espacios austeros, simples y llenos de de la sutil elegancia japonesa de pocos detalles, materiales naturales y nula arrogancia. Tadao Ando, heredero de la cultura zen que ha desarrollado una arquitectura depurada y de formas geométricas básicas como las de la bandera de su país -consistente en un círculo rojo sobre un fondo blanco- llena de una mágica simplicidad que muchos occidentales no entienden pero sí adoran, aunque no está muy claro el porqué.
Nació en Osaka, Japón, en 1941. Su abuela fue uno de sus principales mentores, de hecho vivió y fue criado por ella para ser autónomo desde pequeño. En su barrio quedó fascinado pro el trabajo de los artesanos y aprendió con ellos, dentro de sus talleres, pero también en la calle, directamente de la vida. Es un autodidacta por elección, todo lo fundamenta en el conocimiento que ha obtenido a través de la experiencia.
Boxeador desde los 17 años, entrenó para vencer a través de los puños y años después a través de los muros, las texturas y la luz, del conflicto se suscitan sus pasiones. Siempre ha buscado obtener un knock out a través de su trabajo y vaya que lo ha logrado. Hace años visitó la arquitectura de Kioto, Osaka y otros sitios, nunca le ha agradado la formación académica, desconfía y a veces es indiferente al poder único del intelecto.
A los 24 años de edad viajó por todo el mundo, ese fue el “gran viaje” que le cambió la vida. Poco tiempo después se casó con Yumiko Kato, quien lo ha apoyado en su estudio, el mismo que antes fue la Casa Tomishima que le hizo a un amigo y después se lo compró.
En 1976 terminó la Row House, su magnum opus, digna de un reportaje y estudio completo. A partir de 1985 recibió la mayoría de los mejores galardones de arquitectura del mundo. De 1987 a 1990 fue profesor invitado de las Universidades de Columbia, Harvard y Yale, y en 1997 publicó sus conferencias en el libro Batallas sucesivas: derrotas sucesivas, un libro que indudablemente hay que leer. Siempre ha estado implicado en proyectos medioambientales y de rescate ecológico, su fortaleza se ha forjado a base de constancia.
PRINCIPALES OBRAS:
1975-1976 Row House, Sumiyoshi, Osaka, Japón.
1979-1980, 1983-1984 Casa Koshino y anexo, Ashiya, Hyogo, Japón.
1985-1988 Iglesia en el Agua, Yufutsu, Hokkaido, Japón.
1987-1989 Iglesia de la luz, Ibaraki, Osaka, Japón.
1989-1991 Templo del Agua Hompuku-ji, Tsuna, Hyogo, Japón.
1991-2001 Fundación Pulitzer para las Artes, St. Louis, Missouri, Estados Unidos.
1994-1995 Espacio de Meditación de la UNESCO, París, Francia.
1997-2002 Museo de Arte Moderno, Forth Worth, Texas, Estados Unidos.
2001-2003 Casa 4x4, Kobe, Hyogo, Japón.
2008 Puerta de la Creación (Centro Roberto Garza Sada de Arte, Arquitectura y Diseño de la Universidad de Monterrey), Monterrey, Nuevo León, México.
CAJA DE HERRAMIENTAS DE TADAO ANDO:
La calle, las manufacturas, las casas de té tradicionales, su abuela, los artesanos, Asahi Ward, Kioto, Los shitamachi de Osaka, sus viajes, Alvar Aalto, Heikki Siren, el mobiliario Shaker, y en México: Luis Barragán y Félix Candela.
Correo-e: jatovarendon@yahoo.com