La reforma fiscal
Los intentos de Reforma Fiscal Integral han fracasado. A un semestre de que entrara en vigor, los cambios lejos de incentivar e impulsar el desarrollo económico, han mermado el actuar de las empresas y han inhibido la inversión. Además de que sectores como el de tiendas autoservicio y de conveniencia han anunciado una reducción en sus planes de inversión y una baja en su planta laboral.
En agosto de 2013, el Secretario de Hacienda Luis Videgaray señalaba (y funcionó como especie de cabildeo en el congreso) que la reforma fiscal generaría un mejor panorama para la iniciativa privada de forma inmediata, argumentando que a su vez generaría más empleo pues haría más atractivo la integración de informales a la formalidad. Además precisó que los cambios fiscales estaban encaminados a generar un verdadero circulo virtuoso en términos de inversión.
Sin embargo, este escenario y los supuestos han generado un efecto contrario en los diferentes sectores económicos, desde luego, señalado por los especialistas fiscales y por la mayor parte de los economistas tanto académicos como del sector privado.
Las deficiencias
El Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMPC) comentó en junio pasado que la digitalización de las operaciones fiscales se estaban convirtiendo en un dolor de cabeza para las micro, pequeñas y medianas empresas (Pymes) y que era necesario abrir una nueva prórroga para que pudieran cumplir con sus obligaciones fiscales porque se estaban convirtiendo en un serio problema. Algunos fiscalistas precisaron además que en algunos casos los empresarios estaban pensando seriamente incorporarse a la informalidad con todos los riesgos que esto implicaba, pues estaban incapacitados para cumplir digitalmente con estos cambios.
Antes de esto, en enero pasado, los contadores públicos habían adevertido las fallas de la Reforma Fiscal -calificada por muchos como otra miscelánea fiscal, por su carácter meramente recaudatorio- en donde no estaba definido en términos de objetivos la ampliación de la base de contribuyentes; además de que planteaba duros golpes a diferentes sectores económicos.
Por su parte, el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), a través de sus conferencias de prensa mensuales, se enfocó en el impacto inflacionario que se derivaría de la reforma fiscal aprobada por el Congreso Mexicano el pasado diciembre. El impacto en los precios fue evidente, pues sectores de alimentos, considerados por vender comida chatarra o con alto contenido calórico se vieron obligados a aumentar sus precios. Más tarde, Agustín Carstens, gobernador del Banco de México sí reconoció el impacto derivado de los cambios fiscales aunque precisó que éstos serían temporales y en un largo plazo, estos efectos se minimizarían en inflación subyacente. Sin embargo, la inflación ha mostrado fuertes fluctuaciones, por un lado derivado de algunos precios agrícolas como el del limón y por otro por el impacto que la reforma tuvo en el sector alimentos.
Pero, ¿cómo respondió la Iniciativa Privada? ¿Cuál fue el efecto real de la Reforma Fiscal? ¿Favoreció a la creación de empresas y de empleo? ¿Fomentó el crecimiento económico?
Duras críticas
En el primer semestre del año, los resultados no fueron los esperados. La industria de la construcción mostró los primeros resultados negativos, al igual de Indicador Global de la Actividad Económica, que después de mostrar un ligero avance en abril, volvió a retroceder. Más aún las perspectivas económicas de la Secretaría de Hacienda, se redujeron más de un punto porcentual. Sin embargo, el Banco de México, en un afán por mejorar la percepción de México, dijo que la economía va mejorar en el segundo semestre.
De acuerdo con Daniel González Torres, analista económico, la Reforma Fiscal en el sector empresarial ha generado una mayor informalidad, dificulta la legalización y genera problemas para registrar a sus trabajadores.
Para González Torres lo más preocupante es que la reforma ha acelerado el empobrecimiento de los que menos tienen; además ha adelgazado a la clase media. En términos empresariales, funcionó como un desincentivo para la inversión productiva. “Hoy las personas que tienen un remanente o recursos líquidos, prefieren invertir sus recursos en un producto financiero antes de enfrentarse al monstruo fiscal”. Es decir, la reforma representó una traba para la inversión de recursos en actividades productivas y generó un abismo para dar un paso de la informalidad a la informalidad.
Para el economista, los cambios resultan totalmente regresivos por su carácter exclusivamente recaudatorio y no ataca los problemas ancestrales planteados por especialista al señalar una Reforma Fiscal Integral: Ampliar la base de contribuyentes y facilitar la formación de empresas. Además de impulsar los recursos para la inversión para la formación de riqueza.
Teóricamente, la Reforma Fiscal afectó la Demanda Agregada de forma negativa. “El gobierno pensó hacerse de recursos para impulsar a través del gasto de gobierno la inversión; sin embargo, en la práctica o en los hechos, los cambios inhibieron el consumo y afectaron el nivel de inversión privada y el gasto de gobierno fue insuficiente para acelerar la demanda”.
A pesar de que la Iniciativa Privada, a través de las cámaras industriales y de comercio han pedido al gobierno cambios urgentes en materia fiscal, el gobierno ha sido muy claro al señalar que en el sexenio ya no se realizarán modificaciones.
El Secretario de Hacienda Luis Videgaray, como punto a favor de la reforma, ha señalado que la recaudación ha mejorado, sin embargo, hay que considerar que actualmente el sector empresarial tiene en litigio diez mil millones de pesos por devoluciones a favor. Por lo que el efecto recaudatorio de los cambios quedarían cortos.
El retroceso, la constante
Entre los sectores que más han mostrado descontento se encuentran el ramo comercial que observó inmediatamente un contracción en el consumo. Incluso, las grandes cadenas comerciales como Organización Soriana, Wal-Mart y Liverpool ya han señalado que realizarán recortes a sus inversiones y al empleo.
Por su parte, la Asociación Mexicana de Distribuidores de Autos (AMDA) señaló recientemente que a pesar de que la industria automotriz en México mostraba un buen ritmo de crecimiento al exterior, en México la compra de autos se había visto afectada por la reforma.
Por su parte, la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) reconoció por un lado, que sectores como el de alimentos y bebidas mostraban una contracción en sus ingresos y la rentabilidad por el Impuesto Especial Sobre Productos y Servicios (IEPS) y por otro, precisaron que el Régimen de Incorporación Fiscal (RIF) resultaba difícil de adoptar de las micro, pequeñas y medianas empresas. Por su parte, la minería también señaló serios efectos en sus ingresos.
La industria de la construcción mostró los primeros datos negativos al hilar más de cuatro meses a la baja. Este sector, se suponía, es el que mostraría un mayor impulso, sin embargo, en los primeros seis meses del años no ha sido así.
Un fracaso total
Los hechos y las evidencias son claras: La Reforma Fiscal aprobada en diciembre de 2013 ha fracasado, al menos en el primer semestre del año los resultados han sido catastróficos para el sector empresarial, que en algunos sectores vio contraídos sus ingresos y además la rentabilidad de sus negocios. Además en este mismo semestre, empresas comerciales han decidido recortar sus inversiones e incluso reducir la planta laboral.
Por su parte, este gran sector de micro y pequeña empresa no se encuentra capacitado para incorporar sus operaciones fiscales al mundo digital. Además, y aunque no sea motivo de análisis, la reforma redujo el gasto del consumidor y no favoreció a la generación de empleos.
No hay que olvidar además, que estas políticas lejos de contribuir a la incorporación de los informales (donde se emplea el 60 por ciento que quien trabaja en México) a la formalidad han dificultado las operaciones a los que ya están dentro del aparato productivo formal.
Un abismo separa al diseño de las políticas fiscales realizadas por funcionarios como diputados y senadores, de la realidad que viven a diario los mexicanos que se enfrentan impuestos y leyes fiscales totalmente fuera de contexto.
Para este semestre debemos estar muy atentos de la evolución que muestran los indicadores económicos y de la percepción de los sectores productivos, además de las acciones que tomen las autoridades fiscales, pues el escenario internacional no parece un halagüeño.
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