La traducción del dolor
La obra de Eduardo Valenzuela se aleja de los estándares comerciales, se aparta de los pasillos de la complacencia y se despide de los salones decorativos donde el arte es mera coincidencia. Más allá de un gran manejo de la técnica, su propuesta traduce una estética social a la que la mayoría da la espalda.
Con trazos fuertes, líneas que respetan la simetría de los cuerpos lastimados y detalles que hablan de los códigos de conducta de una clase social, en donde la violencia es un comportamiento casi genético, la obra plástica del artista lagunero Eduardo Valenzuela, se levanta no sólo como ejemplo de la gráfica tradicional, sino como un registro histórico de un momento de crisis.
Series donde el artista da voz a los sicarios, congelando a través de una imagen a color la casta de una clase social que merece ser llevada al retrato; personajes mitológicos de una cultura, o bien, el color del barrio en toda su dimensión, se vuelve una constante en la obra del lagunero. Dibujo, grabado tintas o propuestas mixtas, donde el Sector Alianza de Torreón es el telón de fondo de una obra plástica rica en elementos populares.
La violencia no como registro, sino como reflexión, hace que en series como Ejecutodromo, Valenzuela invite al espectador a una dimensión bicolor, donde las víctimas esconden su rostro, como alegoría de impotencia en un sistema adverso. El trabajo del grabador y caricaturista, es bastante aplaudido por los coleccionistas y admirada entre sus contemporáneos de oficio, aunque poco comercial por su firmeza.
Personajes femeninos con cierto misticismo, la «voz de los desparecidos», y el resultado de una imaginación tan vasta como sus personajes fantásticos, hacen de la obra de Eduardo Valenzuela una de las más ricas del norte del país. El artista recorre la fotografía y el video, como parte de un proceso que termina en los formatos tradicionales de la plástica.
HERRAMIENTA
Eduardo Valenzuela "Guayo", estudió con el historietista Carlos Giménez en el Museo del Chopo. En 1988, obtuvo el Premio Nacional de Caricatura "La Deuda Eterna" en Cuernavaca, y en 1993, ganó el Premio Nacional de Cartón Político "Elena Poniatowska".
El artista lagunero se hizo acreedor al primer lugar del concurso "Gráfica y Originales Sobre Papel", en Monterrey. Ha ganado la Beca Estatal de Coahuila al Desarrollo Artístico y participado en exposiciones colectivas en Torreón y Ciudad de México. Asimismo, de manera individual ha realizado muestras en Coahuila y París, Francia. Fue reconocido como Ciudadano Distinguido de Torreón, con la medalla Magdalena Mondragón en 2012.