La violencia como inspiración
Kara Walker (Stockton, 1969) es una artista que ha confrontado, a través del arte, el tema de la violencia en toda su amplitud.
Racismo, violencia sexual, abuso de género, bestialidad, agresividad a la identidad, escatología, son temas que abundan en la obra de esta artista norteamericana, mujer fiel a la provocación y al humor; a la caricatura y a la exageración; a la polémica y a la reflexión.
Walker usa siluetas recortadas en papel negro para proyectarlas sobre fondos de color blanco. Que hay representación en su obra, es cierto. Que busca mostrar las diferencias que hay entre las razas también es verdad. Pero la artista no se queda conforme, pues, va más allá de una simple contraposición, su trabajo busca convertir al espectador, sacudirlo de toda indiferencia, sacarlo de las sombras para que sea parte de la obra misma.
Las escenas de Kara Walker se inspiran en la historia de los Estados Unidos, en esa época donde actores blancos se maquillaban el rostro para satirizar a los negros; periodo en el que, asimismo, surgía el Ku Klux Klan.
Acaso es una revelación lo que significa el poder responder a la inevitable influencia de la brutalidad, el horror y la violencia.
¿Qué motivación tiene un artista al crear una aterradora obra visual que va más allá de la misma violencia?
El trabajo de Kara Walker es una moderna alegoría del presente, y su habilidad para mostrar la virulencia que se percibe en nuestro entorno, es tan añeja como inexplicable.
Al presentar la simplicidad y belleza de su trabajo artístico, Kara Walker relaciona directamente su habilidad como creadora con su compromiso social: las siluetas recortadas que encontramos en su obra recuerdan a las caricaturas elaboradas sobre cartulina típicas de la corte francesa del siglo XVII.
En cuanto a temática se refiere, pone especial énfasis en los conflictos que han suscitado las vejaciones que el racismo conlleva. Hay exceso en el tratamiento del tema, incluso subversión, aun cuando en apariencia trata de ser una obra inofensiva por la elección técnica de la silueta. Esta técnica añade un toque irrespetuoso a la tradición. Pienso en la silueta oscura como una expresión tácita de la perversidad que reside en la naturaleza humana. La obra de esta artista se convierte en un objeto hostil, se presenta ante nosotros al mismo tiempo que nos representa. Así somos víctimas y victimarios a un tiempo, sujetos y objetos de la violencia, una sociedad que se enfrenta con el ‘otro’. La obra deja de describir el horror para convertirse en un objeto de horror, aquel que expresa las acciones de una sociedad y sus actos de violencia.
Twitter: @ismael_lares
