La aparición de las autodefensas en el país siempre sugirió un riesgo para la población. El hecho de una insurrección representa la falta de poder de la autoridad en una sociedad. La acción de los grupos comunitarios ha detenido en gran medida la comisión de diversos delitos, cuando esta tarea le corresponde al Estado.
Sin embargo, aunque en números la actividad de estos grupos pudiera parecer positiva, la verdad es que resulta cuestionable. Hace unos días se dio a conocer que ciertos líderes de las defensas comunitarias estaban ligados a distintos delitos. Esta situación genera dudas sobre la honestidad del movimiento.
La impartición de la justicia siempre corresponderá al Estado y nunca deberá ser puesta en manos e nadie más. La situación en Michoacán está fuera de control desde el momento en que surgieron estos grupos. El Gobierno federal sólo ha tolerado este fenómeno. En imágenes de periódicos se observa a grupos comunitarios resguardando entradas a pueblos de Michoacán con la ayuda de los policías federales, una clara imagen de la falta de autoridad.
El crimen organizado ha alcanzado todos los resquicios de la sociedad. Es innegable el hecho de que no se detiene, pero la autoridad tiene la obligación no sólo de detener los hechos delictivos, sino de evitar cualquier tipo de violencia.
Los grupos de autodefensas utilizan armas de uso exclusivo del ejército, equipo de radiocomunicación, camionetas blindadas, tácticas militares y toda una estrategia que sólo corresponde al Gobierno y aun así, se les permite andar en la vía pública con “derecho” a hacer justicia por mano propia. Aunque se informó que estas personas estarían registradas para ejercer el papel de policías rurales, su labor va más allá de los que las autoridades puedan verificar.
El levantamiento en armas es un reflejo del hartazgo de la gente por ver que sus autoridades poco o nada pueden hacer para detener las acciones del crimen organizado.
El Gobierno federal debe tener mano firme para hacerse cargo de la seguridad de sus ciudadanos. Nadie puede ni debe sustituir al gobierno en esta labor y sin embargo, mucha ayuda han recibido de las autodefensas para en gran medida, detener las actividades criminales.