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Lagartijas endémicas de La Laguna

Especies desconocidas y en peligro de extinción

Lagartijas endémicas de La Laguna

Lagartijas endémicas de La Laguna

Gamaliel Castañeda y Sara Valenzuela

La Comarca Lagunera cuenta con ocho lagartijas únicas de la región, que aún hoy son poco conocidas. Sin embargo, las amenazas que enfrentan son cuantiosas, entre ellas se encuentra el calentamiento de la Tierra por actividad del hombre. Sin la participación activa de la sociedad, estas especies pueden desaparecer.

Las lagartijas son reptiles que poseen el cuerpo cubierto de escamas. Éstas les brindan protección contra los cambios de temperatura y la desecación. A pesar de ser completamente dependientes del calor del ambiente, una característica que les ha conferido la posibilidad de conquistar casi cualquier entorno en el planeta, poseen la capacidad de tolerar las temperaturas altamente fluctuantes, llegando a colonizar las zonas desérticas.

La Comarca Lagunera constituye una de las zonas de México con mayor número de especies de lagartijas, además de distinguirse de todo el norte de México por albergar una gran cantidad de lagartijas endémicas (únicas en el mundo). Estas especies, cuya distribución es restringida a unos cuantos kilómetros de terreno, hacen de esta zona del desierto un área prioritaria para su cuidado y conservación.

ESPECIES ENDÉMICAS

La Laguna tiene la suerte de contar con ocho lagartijas endémicas. Se distribuyen hacia cualquier punto cardinal a donde apuntemos. La lista incluye a la lagartija de arena de Coahuila (Uma exsul), localizada en las dunas de Viesca; la lagartija proscrita de Chihuahua (Uma paraphygas), en las dunas del Bolsón de Mapimí; la lagartija nocturna del Bolsón de Mapimí (Xantusia bolsone); la lagartija nocturna de Durango (Xantusia extorris), recientemente encontrada también en la Reserva Ecológica Municipal Sierra y Cañón de Jimulco.

Continúan la lista la lagartija maculada (Sceloporus maculosus), presente en varias montañas de Torreón, Lerdo y Pedriceña; la lagartija ornamentada (Sceloporus ornatus), presente en cerros de roca caliza de Viesca, y la lagartija de parches azules (Sceloporus cyanostictus), así como la lagartija venerable de collar (Crotaphytus antiquus), ambas presentes en Matamoros y San Pedro de las Colonias.

Actualmente, aún persiste la duda de otra especie cuyo nombre científico no ha sido esclarecido por los investigadores; por tal motivo, en la actualidad la lista se detiene en ocho especies de saurios únicos para la Comarca Lagunera.

Esta cifra no es baja. De acuerdo a un estudio realizado en 2013 por el investigador de la Universidad de California, Cameron Barrows, y otros colaboradores, la región Laguna cuenta con la mayor riqueza de lagartijas endémicas en el norte árido de México, incluyendo el suroeste de Estados Unidos.

Esta zona es y ha sido refugio de estas especies por cientos de miles de años, mismas que ahora enfrentan quizá la mayor amenaza con la que se hayan encontrado a lo largo de su historia evolutiva. Esta situación hace sospechar a los investigadores que si no se asignan tareas puntuales para su conservación, estos seres vivos podrían sumarse a la lista ya iniciada de especies extintas de La Laguna.

DEPENDENCIA DEL ENTORNO

Los reptiles no tienen mecanismos para regular su temperatura como los mamíferos y las aves, ellos son completamente dependientes de la temperatura de su entorno. Si hace mucho calor, deben cambiar su color para absorber menos, incluso pueden jadear para perder calor por evaporación; sin embargo, esto tiene un costo elevado: desperdiciar mucha humedad durante el jadeo, lo que es un problema en un ambiente con poca disponibilidad de agua como es el desierto.

Si con estos mecanismos no logran reducir su temperatura, deben buscar sitios más frescos para enfriarse, por ello, requieren de ambientes heterogéneos donde constantemente encuentren sitios cálidos y fríos para mantener su temperatura regulada y, por lo tanto, su metabolismo.

Si el ambiente es muy frío, la única opción que tienen estos animales es encontrar un sitio tolerable donde puedan reducir su metabolismo para mantener su energía mediante el consumo de grasa acumulada. En estos casos, deben permanecer inactivos durante el período de frío, esperando condiciones más cálidas para reactivarse.

Esta situación hace que los reptiles sean más susceptibles a los cambios que enfrenta su entorno. Si se pierde vegetación, entonces es menos probable que puedan encontrar refugios adecuados para regular su temperatura durante el día. Por otra parte, el problema se acentúa cuando el ambiente no es lo suficientemente fresco.

Numerosos investigadores han encontrado evidencias que indican que los lagartos se verán amenazados si el aumento de la temperatura se comporta como se ha predicho. Si el ambiente asciende uno o dos grados más, las lagartijas tendrán menos tiempo para estar activas durante los días de más calor. Aunque algunas especies están bien adaptadas para tolerar dichos cambios, otras sólo tendrán un destino: la extinción.

Investigadores mexicanos como los doctores Héctor Gadsden y Fausto Méndez, o norteamericanos como Barry Sinervo, identificaron que si las especies no tienen posibilidad de migrar a zonas más frescas, podrían extinguirse en menos de cincuenta años. En la lista aparecen por lo menos tres especies laguneras.

CAMBIO CLIMÁTICO «ANTROPOGÉNICO»

Uno de los grandes problemas de las especies endémicas, es precisamente el hecho de vivir en una superficie relativamente pequeña. Más aún cuando el hombre y su continuo e imparable crecimiento poblacional, ha propiciado un grado de fragmentación y pérdida de hábitat que atenta drásticamente contra la existencia de este tipo de lagartijas.

Esta amenaza no es la única. Recientemente la Organización de las Naciones Unidas ha reconocido el severo problema que representa el calentamiento climático a causa de la actividad del hombre. La acumulación de gases de efecto invernadero, la deforestación y reducción de áreas naturales, la fragmentación, el efecto de las grandes urbes en la temperatura y humedad ambiental, han deteriorado el ambiente para millones de especies.

Nuestra región no es la excepción. Las evidencias científicas crecen a favor de la hipótesis que sustenta que la Tierra se calienta año con año y que la precipitación se reducirá en algunas zonas como La Laguna, pero aumentará en áreas como Saltillo.

El aumento de la temperatura ambiental y la baja en la precipitación anual de la región lagunera, generará escenarios poco favorables para las especies que dependen de entornos más estables. Si los rangos térmicos se modifican significativamente como se prevé para las próximas décadas, la distribución, abundancia y existencia de las lagartijas laguneras cambiarían radicalmente.

La sociedad requiere modificar hábitos y costumbres, y además, promover su conservación mediante cualquier medio necesario. De lo contrario, el resultado podría ser la pérdida de la valiosa diversidad y de sus posibles usos, tanto directos como indirectos.

Correo-e: gamaliel.cg@gmail.com

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