Lagunero Pablo López lanza disco

A pesar de la prisa, del largo viaje, de las preocupaciones cotidianas la gente se detenía a escucharlo y le daba una moneda…Así pasó años, sobreviviendo, luchando en la gran ciudad, tratando de ganarse la vida.

El lagunero Pablo López cantaba con el alma, con coraje, con emoción y con ello logró tocar la sensibilidad de miles de pasajeros que a diario, entre la muchedumbre del metro, se abrían paso y paraban para comprobar como siempre pueden coexistir la luz y la oscuridad; la suavidad y la aspereza; la indiferencia y la vehemencia.

Fue haciéndose de un nombre, la gente lo grababa con sus teléfonos, compartía su gran descubrimiento en las redes, el asombro se multiplicaba y la bola de nieve crecía, tanto, que al fin llegaron los medios de comunicación. Periódicos, portales y televisoras lo entrevistaron, contaron su historia y le abrieron el camino para participar en un concurso donde seguro demostraría sus enormes aptitudes.

Todo tiene su momento y el de Pablo quien adoptó el nombre artístico de "Javhel Johnson" había llegado. Curiosamente, el reality show de mayor impacto en el mundo, por fin se desarrollaría en México tras arrasar en audiencia en Europa y Estados Unidos (Britain's got talent y America's got talent).

Se estrenaba México tiene talento a través de las pantallas de Azteca y, desde su arranque, él estremeció al público; el jurado se mostró entusiasmado y uno de sus miembros, Ximena Sariñana, profundamente conmovida, hasta las lágrimas.

¿Dónde había estado oculto este asombroso talento?, ¿Cómo había llegado hasta aquí?, ¿Por qué lucía triste y desaliñado?, ¿Cuál era su historia?... Poco a poco se fue conociendo y apreciando, entendiendo y valorando, ya no sólo era "Jahvel Johnson" el artista con más posibilidades de ganar el concurso, también era Pablo López, el niño que se extravió a los cinco años en Torreón, más tarde fue reclutado en un reformatorio y a los diez lo adoptaron.

Pablo recuerda que nació en la Comarca Lagunera y un día se encontró totalmente solo, se perdió, sobrevivió como pudo, tuvo que pedir limosna y delinquir y finalmente asumió las consecuencias siendo llevado al reformatorio estatal.

Afortunadamente a los 10 años, una familia de mormones lo adoptó y lo llevó a vivir a Estados Unidos; ahí aprendió a hablar inglés y, como parte de su formación, lo metieron al coro de la iglesia local por lo que Pablo aprendió a cantar Gospel.

Su vida transcurría con cierta tranquilidad, sin saber que el destino le tenía preparada otra mala pasada, pues justo cuando cumplió 18 años, sus padres adoptivos decidieron que debía continuar solo, hasta ahí había llegado su ayuda y compañía. Y a sobrevivir de nuevo.

Superó muchas pruebas, sucumbió a otras, durmió en la calle, tuvo un accidente que le lastimó permanentemente la cadera, vivió lo que tal vez ni mil personas juntas han experimentado y lo que seguro nadie hubiese querido pasar, pero por fin encontró cierta estabilidad cantando en el metro y, aún con las limitaciones económicas y afectivas, nunca perdió la fe en el futuro. No se rindió.

Alguien le regaló una grabadora, él mismo fue creando su repertorio, convenciendo al público, pues "dicen que canto bonito"… y la historia cambió. Actualmente, tan sólo uno de sus videos en YouTube tiene más de nueve millones de vistas y hoy, a sus 43 años, con su primer álbum bajo el brazo, el cantante del metro, el concursante de televisión, el campeón con corona, se ha convertido en una de las figuras más prometedoras de la escena musical.

Su voz lo dice todo, canta con pasión, con entrega, con estilo propio, con eso con lo cual se nace y no es posible comprar ni hurtar porque sencillamente es un "don".

El álbum Pablo López es Jahvel Johnson salió a la venta el 15 de diciembre. Contiene grandes clásicos del cancionero americano; fue grabado en los estudios de Sony Music México bajo la producción de Fernando Chávez.