El gobierno mexicano está ganando la guerra contra los narcotraficantes. La captura de Joaquín "El Chapo" Guzmán es la última de una larga lista de acciones exitosas que ha llevado a la muerte o a la cárcel a 75 de los 122 principales capos del país en los últimos años, según Eduardo Sánchez, vocero gubernamental. Sin embargo, una cosa es la guerra contra los narcotraficantes, en la que se acumulan los triunfos, y otra muy distinta la guerra contra las drogas, que claramente se está perdiendo.
La represión contra el narco y el consumo de drogas ha sido enorme y exitosa. Decenas de miles de mexicanos son encarcelados cada año en la guerra contra el narco: 28,470 en 2012, 41,675 en 2011, 32,318 en 2010. El gobierno se precia también de la erradicación de cultivos ilícitos, 9,164.7 hectáreas de marihuana y 15,786.2 de amapola en 2012, y de los grandes decomisos de droga, 1,311.3 toneladas de marihuana y 3.4 toneladas de cocaína en 2012 (datos del primer informe de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, primero de septiembre de 2013).
En Estados Unidos se ha mantenido también una vigorosa política de represión del consumo y la venta de drogas que sólo ahora empieza a cambiar en algunos estados que están legalizando la marihuana. El número de personas encarceladas en Estados Unidos por delitos vinculados a las drogas ha pasado de alrededor de 40 mil en 1972 a casi 500 mil en 2010 ("ONCDP on the Defensive…", transform-drugs.blogspot.mx).
Estos grandes logros en la guerra contra el narco, sin embargo, no se han traducido en éxitos en la lucha contra la disponibilidad o el consumo de drogas. En México el uso de estupefacientes no ha sido nunca un problema extenso, pero el que tenemos está creciendo. El consumo de cualquier tipo de droga (en el año previo) en nuestro país pasó de 1.3 por ciento de la población en 2002 a 1.8 por ciento en 2011. El de marihuana, que es la droga de mayor consumo en México, subió de 0.6 a 1.2 por ciento (Encuesta Nacional de Adicciones 2011).
Si las décadas de represión hubieran resultado en una disminución en el flujo de las drogas al mercado, habríamos visto un aumento en el precio de estas sustancias, particularmente en Estados Unidos que es el mercado de mayor relevancia. Pero la información disponible sugiere que la tendencia ha sido exactamente la contraria. El precio de las principales drogas --marihuana, cocaína y otras- se ha mantenido estable o ha disminuido en los últimos años. Esto significa que la disponibilidad de las sustancias se sostiene o ha aumentado a pesar del dinero y el esfuerzo usados para aplicar, a menudo de manera violenta, la prohibición.
Si bien el gobierno de Estados Unidos afirma que el consumo ha caído de los niveles registrados en la década de 1970, en los últimos años ha habido incrementos. El National Institute of Drug Abuse de los Estados Unidos ha señalado que el consumo (en el mes previo) de todas las drogas ilícitas pasó de 8.3 a 9.2 por ciento de la población entre 2002 y 2012 en tanto que el de marihuana subió de 6.2 a 7.3 por ciento.
Así, aunque el gobierno esté ganando la guerra contra los narcotraficantes, está perdiendo la guerra contra las drogas. Cada vez es mayor la cantidad de dinero que gastan los gobiernos de México, Estados Unidos y otros países en su esfuerzo de represión y crece el número de efectivos dedicados a combatir a los narcos. Pero la guerra importante, la que busca reducir el tráfico y el consumo de drogas, ésa la están perdiendo los gobiernos.
LA ESPOSA
Cuando el Joaquín El Chapo Guzmán fue capturado se encontraba en compañía de su esposa, Emma Coronel. ¿Por qué no se le detuvo por encubrimiento?, se preguntan muchos. El artículo 400 del Código Penal Federal señala que no se podrá acusar por encubrimiento a hijos y padres, cónyuges, concubinas o concubinarios y "los que estén ligados con el delincuente por amor, respeto, gratitud o estrecha amistad derivados de motivos nobles".
Twitter: @SergioSarmiento