La primera olimpiada de que se tiene memoria se celebró en el año 776 antes de Cristo y consistió únicamente en una carrera de 200 metros… El disparo inicial se dio… pero ¿cuál disparo, si todavía ni se inventaban las pistolas…? Bueno, de alguna manera se da la señal, salen los corredores haciendo su mejor esfuerzo y en menos de un minuto ya llegan a la meta, ganaste tú, aquel quedó en segundo lugar y el otro en tercero y ya, se acabó la olimpíada.
Durante 13 años eso fue todo. Una carrera de 200 metros y sanseacabó. Luego dijeron: oye, pues vamos agregándole otras carreras de perdido para hacerla más emocionante y así le hicieron y empezaron luego también conque ahora vamos a hacer una lucha o vamos a ver quien lanza más lejos la jabalina que era una lanza para cazar jabalíes… ¡No, no se crea! Era y sigue siendo una lanza, pero los jabalíes no entraban en escena.
En el año 393 el emperador Teodosio I que era muy enojón (con ese nombrecito cualquiera se enoja) abolió las olimpiadas porque decía que eran demasiado paganas y hasta entonces no hubo ninguna carrera maratónica ni nada parecido.
En 1896, más de 1,500 años después, fue cuando el barón de Coubertin decidió resucitar las olimpiadas y los organizadores le echaron mercadotecnia al asunto y quisieron destacar la leyenda de un cuate que se llamaba Filipíades y quesque había corrido desde una ciudad llamada Maratón hasta Atenas para anunciar que Grecia les había ganado una batalla a los persas.
Así el tipo “echó el bofe” corriendo como enajenado más de 40 kilómetros, llegó a Atenas bufando, se detuvo y dijo así con entonado acento: ¡griegos uno, persas cero! y dio el cuartazo ahí mismo, quedando muerto totalmente de los pies a la cabeza.
Ahora los investigadores han descubierto que la tal leyenda es mas falsa que un billete de 200 pesos falso. En primera porque Filipíades no fue corriendo a anunciar el triunfo sino que lo mandaron antes de la batalla ¡a pedir refuerzos…! ¡Pero vuélele maestro –le dijeron- porque ahí vienen los persas y vienen bien persas!
Además, ¿cómo lo iban a mandar a Atenas? ¿para qué, si donde había guerreros era en Esparta? Los espartanos eran buenos para las broncas guerreras así que a Fili lo mandaron a Esparta que está 5 veces más lejos que Atenas del lugar en donde se ubicaba Maratón City. O sea que se aventó corriendo no 40 kilómetros, sino ¡240!, ¡con razón llegó literalmente muerto!
El hecho es que el maratón empezó a hacerse en los juegos olímpicos modernos, porque en los antiguos, nunca hubo.
Ahora viene lo más chusco. El recorrido que hizo Filipíades tenía una longitud de 40 kilómetros que es la distancia que había de Maratón a Atenas y así se instituyó en las primeras olimpíadas. Cuarenta kilómetros era la distancia que deberían recorrer los competidores para conmemorar la hazaña del griego velocista.
Nada más que, en las olimpíadas de 1908, en Londres, el príncipe de Gales a quien le correspondía dar la señal de salida, decidió hacerlo no desde el punto previsto, sino desde los jardines del castillo de Windsor. Entonces los organizadores tuvieron qué medir la distancia que no había querido recorrer el fodongo príncipe y agregársela al recorrido maratónico que desde entonces quedó en un total de 42 kilómetros y 195 metros del punto de partida hasta la meta.
PREGUNTA DEL PÚBLICO:
No entiendo por qué dice usted que lo correcto es aeroplano si es un aparato aéreo. Debería de ser aereoplano, dice recelosa la Sra: Maricarmen Salas de Xalapa.
RESPUESTA:
Fíjese que no señora. Ese término como otros similares han sido simplificados por la Real Academia Española y ya es incorrecto decir AEREOPLANO, como GASEOODUCTO y RADIOACTIVO. Lo correcto es AEROPUERTO, GASODUCTO y RADIACTIVO.
Nos vamos recordando aquel proverbio latino que dice “A chillitórum marranóribus oidóris per chicharronéritum”. A chillidos de marrano, oídos de chicharronero. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.
