Con cierta frecuencia, la gente que sabe que andamos diariamente en “estos trotes”, se comunica o se acerca para preguntarnos cosas, para plantearnos sus dudas acerca del buen uso del idioma, lo cual nos da mucho gusto. Solamente les aclaro que no me sé el diccionario de memoria, me lo quisiera aprender, pero tengo 3 años de estar tratando eso y no he podido pasar de la página 2.
Si me preguntan cuál es la pregunta que más frecuentemente me hacen, sin dudar contestaría que es la siguiente: ¿qué libro me recomienda leer para mejorar mi manera de usar el lenguaje?
Eso es lo que más seguido me preguntan y yo, que soy poco original, siempre contesto lo mismo: todos. No les recomiendo un libro, se los recomiendo todos.
Es que, si a los mexicanos algo nos hace falta, ése es el hábito de leer, leer, leer y luego seguir leyendo.
Exagero un poco al decir que le recomiendo absolutamente todos los libros, pero sí le puedo asegurar que hay cientos, miles de libros a los que valdría la pena “echarles por lo menos un vistazo”. Las estadísticas son alarmantes.
Dicen que el mexicano lee en promedio un libro y medio en el año. Como ése es un promedio, quiere decir que hay muchísimas personas a las que pasa un año y pasan tres y las cosas salen al revés o al derecho o como sea, pero ponerse a leer, jamás. Los libros ahí están, probablemente tengan muchos a la mano, pero ni siquiera los tocan.
Hay quien no lee ni siquiera el periódico…¡nada!
De lo que nos empezamos a dar cuenta y nos preocupa, es que para los niños y los jóvenes, la facilidad de obtener información a través del Internet, les aleja definitivamente de los libros y de las bibliotecas, con todo el encanto que tienen.
Para mejorar nuestra manera de hablar, para tener un vocabulario más extenso y saber más sintaxis o sea, tener mayor facilidad para narrar, para redactar, para construir frases, para hacer uso de la palabra, para eso precisamente están los libros, que nos abren grandes puertas, que nos llevan a conocer mundos nuevos, que nos ponen en contacto con la gente que ha engrandecido la historia de la humanidad.
Para eso están los libros. Para ponerle cada vez mayor cantidad de información a esa asombrosa computadora que llevamos siempre en la cabeza y que se llama cerebro.
Los más grandes autores, con sus obras, con sus relatos, sus aventuras y su humor, nos están esperando en las páginas de sus libros… y nosotros ¿qué estamos esperando?
Escríbale a Don Juan Recaredo: La dirección de su correo electrónico es donjuanrecaredo@ gmail.com
PREGUNTA DEL PÚBLICO:
Si me siento en la mecedora y me empiezo a mecer ¿cómo debo decir?, ¿yo me mezco?, pregunta Victoria Caballero de Cd. Delicias Chih.
RESPUESTA:
La mayoría de los verbos terminados en cer así se conjugan: De amanecer es yo amanezco, de agradecer es yo agradezco. Sin embargo en el caso de mecer no es as así. Se dice Yomezo o yo me mezo y no me mezco.
Refrán avorazado para terminar: Dime con quién andas… y si está buena me la mandas. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA