Todas las cosas en este mundo son finitas, se acaban, cest fini, chicken go. Ahora bien, si las cosas tienen un final, pues también deben tener un principio y al respecto hay una pregunta que desde chiquitos nos atosiga… ¿en dónde y cómo nace nuestro idioma?
Va un chiquillo: Papá ¿por qué hablamos español? Y el otro contesta con tono de “no seas babas”… pues porque nos conquistaron los españoles. Pero eso, al niño, no lo deja satisfecho. Para cuando se le ofrezca (a usted) voy a darle una idea más o menos sintética de los orígenes de nuestro idioma.
La nuestra es una lengua romance… y dice uno: ¡Ay sí, mucho romance! Bueno, el concepto que tenemos ahora de lo romántico es muy diferente al de sus orígenes. Las lenguas romances o románticas no se llaman así porque sean propias para la intimidad sino porque provienen de los antiguos romanos… los romanos de Roma.
¿Entonces por qué la madre de nuestra lengua se llama latín? ¿Por qué no latón o lámina acanalada? Los primeros romanos vinieron de la región del Lacio… y los del Lacio, pues eran los latinos y su lengua el latín.
Las raíces de nuestro español, en un 75% , son de origen latino. Lo que pasa es que, la historia del mundo es, ha sido y seguirá siendo una sucesión de invasiones y dominaciones. A lo que hoy es España y Portugal, primero llegaron los iberos, por eso se llama la Península Ibérica.
Entonces los iberos dijeron: Pues aquí está bien y como posesionarios, sin más ni más invadieron aquel predio. Sin embargo, nada más pasaron así unos siglitos porque llegaron los celtas y los echaron en corrida. Como auditores de Hacienda, los celtas –que parecían no tener progenitora- se posesionaron del lugar y como nadie les dijo nada, ellos pensaron pues ya la hicimos.
Al ver aquella invasión, los fenicios y los cartagineses hicieron lo mismo. Eso es lo que le digo. Siempre pasa lo mismo. Al rato, apenas habían pasado unos 400 años, cuando ya sólo faltaban 2 siglos para Navidad, o sea, para la llegada de Cristo, llegan a la Península Ibérica los romanos –y venían cargando hasta con el perico- o sea, que pensaban quedarse y eso fue –exactamente- lo que hicieron.
Entonces los romanos empezaron a imponer entre los iberos sus leyes, su educación, su religión y su idioma, el latín. Aunque para los iberos el latín era una lata, se mezcló con la lengua que hablaba el pueblo y así surgió un latín vulgar o popular que fue la base de la lengua romance española. Pero las invasiones siguieron… y seguirán, como dijo Don Teofilito.
Escríbale a Don Juan Recaredo: donjuanrecaredo@gmail.com
PREGUNTA DEL PÚBLICO:
Refiriéndome al verbo absorber, ¿cómo debe decirse: yo absorbo o yo absuerbo? Gracias de antemano por su respuesta, me dice en un amable mensaje Alejandra López.
RESPUESTA:
El verbo absorber es regular. Eso quiere decir que en todas sus formas conjugacionales conserva la primera parte de la palabra absor… Yo absorbo, tu absorberás, ella absorbió. No te confundas porque el verbo absolver es irregular. Ése sí cambia. Se dice Yo absuelvo, etc.
Me retiro dejándole una frase de Alfred de Musset. Ya ve usted cómo era Alfred de Musset… muy besucón. “El beso es el contacto de dos epidermis y la fusión de dos fantasías”. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.