En forma sorpresiva, la Junta de Gobierno (Junta) del Banco de México (Banxico) redujo el viernes pasado la tasa de interés objetivo (interbancaria a un día) en medio punto porcentual, para ubicarla en 3 por ciento.
Esta decisión se basó en la expectativa de Banxico de una actividad económica menos dinámica que la considerada previamente para 2014, su interpretación de que las presiones inflacionarias de principios de año fueron temporales, y las acciones recientes del Banco Central Europeo.
En principio, una disminución de la tasa de interés busca estimular la actividad económica al aumentar la demanda de crédito para el consumo y la inversión. Sus efectos, si existen, se sienten dentro de 12 a 18 meses después de la aplicación de la medida.
Banxico ha disminuido su tasa de interés de referencia en varias ocasiones entre 2008 y 2013, pero la evidencia hace muy discutible el argumento de que su política ha minimizado el perjuicio a la actividad económica, ya que en ese lapso el Producto Interno Bruto (PIB) real creció apenas en un promedio de 1.8 por ciento anual (el año pasado 1.1 por ciento), lo que indica que la postura monetaria complaciente no ha estimulado notablemente nuestra economía.
Todo parece indicar que sucede lo mismo que en Estados Unidos (EU), donde la política monetaria extremadamente laxa no ha tenido los efectos esperados. Los bancos allá y acá acumulan sus reservas y el crédito crece muy lentamente.
En nuestro caso la efectividad de la política monetaria es aún menor a la de EU, ya que aquí el crédito al consumo representa tan sólo una fracción de lo que es para la economía estadounidense, mientras que las empresas no demandan gran cantidad de crédito para inversión debido a la atonía de la economía y la capacidad ociosa de sus plantas.
¿Por qué se decidió aplicar esta medida si las razones de Banxico no son convincentes y todo indica que en la situación actual la disminución de tasas será inefectiva? ¿Por qué se hizo, si además se espera que el próximo año empiece el alza de tasas en Estados Unidos?
Porque quizá hay otras razones. Con esta política ganan los deudores y pierden los ahorradores. El Gobierno, que es el principal deudor de la economía, es por mucho el más beneficiado, si bien temporalmente, porque llegará el momento en que las tasas subirán y comenzarán las complicaciones financieras para las autoridades.
También ganan las empresas con créditos atados al TIIE, mientras que pierden los acreedores y, en particular, los pensionados y las personas de menores recursos, puesto que ven cómo se evapora el poder adquisitivo de sus ahorros con tasas de interés menores al crecimiento de los precios.
Esto es así porque, por una u otra razón, se han registrado eventos desde 2003 que presionan la inflación por encima de la meta e incluso en varias ocasiones ha rebasado el máximo del intervalo de variabilidad. Por más de una década Banxico se la ha pasado afirmando que se trata de desviaciones transitorias, pero el efecto de estas "desviaciones" sobre la inflación erosiona incesantemente los ahorros de las familias.
La "desviación" más reciente la menciona en su Informe del primer trimestre donde señala que "A finales de 2013 y principios de 2014, debido a la ocurrencia de algunos choques de oferta y la entrada en vigor de nuevas medidas fiscales en 2014 la inflación en México presentó un incremento... El Banco de México ha señalado reiteradamente que choques de oferta o de precios relativos, en un contexto de expectativas de inflación bien ancladas, solamente propician aumentos temporales en la inflación".
El BCE y la Reserva Federal aplican una política monetaria muy laxa con tasas de interés negativas porque la inflación está por debajo de lo que consideran normal, y Europa está cerca de la deflación.
En México no hay peligro de deflación ni la inflación está por debajo de la meta de Banxico, pero ello no impidió que, a sabiendas, hiciera su tasa de referencia más negativa en términos reales.
En efecto, nuestras autoridades monetarias esperan que "para el segundo semestre del año, derivado de una baja base de comparación, aunado a la volatilidad del componente no subyacente, el indicador general podría situarse por encima del 4 por ciento en algunos meses, aunque se prevé que cierre el año por debajo de ese nivel".
En síntesis, la disminución de la tasa de referencia de Banxico poco o nada beneficiará a la actividad económica, lamentablemente perjudicará más a los ahorradores, pero favorecerá, temporalmente, al Gobierno al reducir sus pagos de intereses, lo que le dará una sensación falsa de seguridad que lo llevará, muy probablemente, a aumentar más su deuda. Esto, cuando suban las tasas, se convertirá en una pesadilla financiera.