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Las vacunas no sólo son para los niños

Es fundamental que los adultos mayores también refuercen sus defensas

Las vacunas no sólo son para los niños

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Edith González

Completar el esquema básico de vacunación durante la niñez no es sinónimo de inmunidad, pues si bien es cierto que algunas vacunas protegen de enfermedades en las diferentes etapas de la vida, hay otras que requieren refuerzos sobre todo cuando se está en la tercera edad.

El Sistema Nacional de Salud constantemente promueve campañas de prevención, como son las de vacunación dirigidas especialmente a los llamados extremos de la vida, adultos mayores y niños, por ser más vulnerables a las enfermedades.

Durante la niñez es frecuente que madres y padres acerquen a sus pequeños a las diferentes unidades e instituciones de salud para la aplicación de las dosis que los habrán de proteger en esta etapa de la vida, sin embargo cuando se llega a la tercera edad la cartilla no siempre es respetada.

Isaías Sánchez Álvarez, encargado del programa del Adulto Mayor de la Jurisdicción Sanitaria Número Seis, dice que es importante que el adulto mayor cuente con las dosis recomendadas para prevenir enfermedades.

El esquema básico para los adultos mayores está compuesto principalmente por las vacunas de la Influenza, neumococo, tétanos y difteria, sarampeón y rubeola y Hepatitis B.

La dosis contra la Influenza se aplica cada año debido a que los virus cambian y las vacunas se reformulan una vez que la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuenta con la información del comportamiento de los virus que circularon durante el año anterior.

“Hay virus que aparecen en las vacunas, pero algunos que sí cambian, por eso cada año los adultos mayores y niños, sobre todo, deben acudir para aplicarse la dosis que los protegerá durante la temporada invernal”, dice.

Los meses ideales para la aplicación del biológico es de agosto a octubre para que el cuerpo lo asimile y esté listo para enfrentar los meses en los que las temperaturas son considerablemente bajas y no se contraiga el virus.

Otra de las vacunas que se aplica es la antineumocócica polisacárida que ayuda a evitar problemas pulmonares. Hace algunos años la indicación era que la aplicación fuera quinquenal, es decir cada cinco años, sin embargo actualmente es recomendada para las personas que rebasen los 60 años de edad como única dosis.

La dosis protege contra neumonía por neumococo que es una de las patologías que más afecta a los extremos de la vida, es decir a bebés y adultos mayores.

“La neumonía por neumococo es una de las enfermedades que genera muchas complicaciones y mucha permanencia en hospitales en este grupo de edad, es por eso que las tratamos de prevenir a través de la vacunación”.

Dentro del esquema también contempla la aplicación de vacunas para prevenir sarampión y rubéola.

El biológico se dejó de aplicar en adultos arriba de 45 años se tiene la idea de que las personas eran inmunes porque contrajeron la enfermedad o algún familiar cercano la padeció, sin embargo estudios han demostrado que no existe tal inmunidad, por lo que la indicación de la OMS es proteger a los adultos mayores con dicha dosis.

El Sistema Nacional de Salud recomienda además la aplicación de las vacunas contra Hepatitis B con un refuerzo a los 30 días después de aplicada la primera y la TD, que protege contra Tétanos y Difteria con dos refuerzos al mes de aplicada la primera, al año y después cada 10 años.

Isaías Sánchez Álvarez, explica que una de las políticas públicas en materia de Salud para tener un control sobre las vacunas es la Cartilla Nacional de Salud para cada grupo de edad, que además contiene diferentes acciones para prevenir enfermedades.

“En las cartillas viene el listado de las acciones que se deben realizar a cualquier persona, no solamente la cuestión de vacunación, diagnósticos de cáncer, prevención de enfermedades crónico-degenerativas, entre otras”.

Además la Secretaría de Salud está integrando nuevos cuestionarios para hacer detecciones de síndrome de caídas, incontinencia urinaria, depresión, entre otras, que afecta la calidad de vida de los adultos mayores cuando se presenta.

Lamentablemente el encargado del programa del Adulto Mayor, dice que existe poca cultura entre los ciudadanos para seguir al pie de la letra las cartillas de vacunación, pues aunque es común que se respete en los menores de edad debido a que es obligatoria para hacer trámites, una vez que se concluye esta etapa, se dejan a un lado.

“Es poca la gente que sigue fielmente lo que indican las cartillas a pesar de que es muy importante porque si le hacemos caso nos va obligando a tener un seguimiento cercano a nuestra salud, recordemos que la medicina más barata es la preventiva, y con esto podemos tratar a tiempo una problemática que luego se puede convertir en algo más serio”.

Recuerda que cuando se presentan enfermedades, éstas no sólo afectan a quienes la padecen, sino también a quienes los rodean quienes pagan con tiempo, dinero y estrés.

Por eso recomienda a los ciudadanos acercarse a los Centros de Salud o instituciones a las que estén adscritos a solicitar su cartilla e iniciar las acciones correspondientes para prevenir enfermedades.

“Es poca la gente que sigue fielmente lo que indican las cartillas a pesar de que es muy importante porque si le hacemos caso nos va obligando a tener un seguimiento cercano a nuestra salud, recordemos que la medicina más barata es la preventiva”.

Isaías Sánchez Álvarez,

Encargado del programa del Adulto Mayor de la Jurisdicción Sanitaria Número Seis

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