Lausanne, en Suiza, ofrece muchos atractivos que no deben dejarse de lado.
Lausanne, en Suiza, es una ciudad de postal, capital olímpica y cuna de extraordinarios vinos. El sitio promete un gran viaje con paseos en bicicleta o a pie a orillas del Lago Lemán.
Deslizarse por un glaciar, catar vinos con vistas a los Alpes, visitar el Museo Olímpico o cenar en barco de vapor, es lo que ofrece la región turística del Lago Lemán y el cantón suizo de Vaud. Su capital, Lausanne, ha sido hogar y fuente de inspiración de celebridades como Charles Chaplin, Coco Chanel o Víctor Hugo.
La ciudad, conocida hoy sobre todo por ser la sede del Comité Olímpico Internacional y del Museo Olímpico, es la base perfecta desde la cual descubrir el resto de la región de Lemán en coche o en transporte público. Y también ofrece en sí misma muchos atractivos que no deben dejarse de lado.
De la Cité al chateau
Para conocer la historia de la ciudad y sus rincones con encanto, lo mejor es comenzar en la catedral, en una de las colinas de la ciudad, donde se ubicaron los primeros pobladores medievales de estas tierras para ir descendiendo hasta el lago en viaje por el tiempo y la geografía.
Los turistas que se alojan en Lausanne reciben una tarjeta gratuita para todo el transporte público durante su estancia. Con ella, se puede utilizar el metro, el único de Suiza, desde el hotel en el que se esté para llegar hasta la zona de La Cité, donde se encuentra la catedral. La parada más cercana es la de Riponne, el nombre de una de las principales plazas de la ciudad.
Aquí se encuentra el antiguo edificio de la universidad, hoy sede de varios museos, desde los que se sube por una escalera a la Cité, el barrio más antiguo, con sus callejuelas y edificios del siglo XVIII. Buen lugar para callejear y disfrutar de sus terrazas y bares.
La Catedral de Notre-Dame es el único ejemplo gótico que hay en Suiza y se visita de forma gratuita. En su entrada, hay una explanada con vistas inmejorables del lago y los pre-Alpes franceses. Es posible subir a la torre de la Catedral para sacar fotos. Desde esa misma torre, aún hoy, un vigía canta desde hace siglos la hora todos los días a las diez de la noche y dos de la mañana.
Unos niveles por debajo de la catedral está el "Centre Ville", el Ayuntamiento y la plaza del Palud, a los que se llega bajando por unas medievales escaleras de madera. Este barrio está lleno de tiendas y restaurantes, y los sábados un interesante mercado de campesinos ocupa las calles. En la plaza, hay un reloj que cada hora cuenta, mediante un desfile de caricaturas, la historia de la ciudad y la región.
Continuando el recorrido descendente de la ciudad, se llega al barrio del Flon, que cuenta con una estación de metro del mismo nombre. Una antigua zona de almacenes convertida hoy en edificios modernos con restaurantes y tiendas, es el epicentro de la vida nocturna. Se dice que hasta la gente de Ginebra viene a salir por la noche a Lausanne por su animada vida nocturna.
Museo Olímpico renovado
Descendiendo ya hasta el puerto de Ouchy nos encontramos con todo el paseo junto al Lago Lemán. Su orilla está rodeada de jardines, casas señoriales y hoteles de cinco estrellas, y se puede recorrer caminando o pedaleando alguna de las bicicletas de alquiler. Aquí se levantó también el Museo Olímpico, impulsado por Juan Antonio Samaranch, reinaugurado a principios de 2014.
Videos con los momentos más emocionantes de las ceremonias de aperturas, exposiciones con las mascotas de todas las olimpiadas o los diferentes modelos de antorchas originales, forman parte de su colección. Es sin duda una visita obligada de la ciudad. Sus jardines de escultura son un lugar perfecto para comer y sacar fotos. El Chateau de Ouchy, que mantiene la torre original del Siglo XVI, es ahora un hotel de cuatro estrellas y una buena opción para comer en la zona. Los viajeros en familia pueden alquilar un barco a pedales para pasear por el lago o realizar un trayecto en algunos de los barcos a vapor que paran aquí y que realizan excursiones, conectando con ciudades como Ginebra, Montreaux o Vicky en el lado francés.
Viñedos con vistas alpinas
Justo al lado de Lausanne, se extiende la región vinícola de Lavaux, donde se cultivan en terrazas variedades de uvas casi únicas como la Plant Robert o Chasselas, desde el Siglo XI y que han sido calificadas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. El espectacular paisaje es ideal tanto para los amantes del vino, como para los excursionistas amantes de la naturaleza y del pedaleo. Para los viajeros con coche propio, hay dos paradas muy interesantes: las bodegas Daley en la localidad de Lutry, a menos de 30 minutos de Lausanne, donde se puede visitar la cava y conocer la elaboración de los vinos y realizar una degustación.
Los sábados abren al público, pero entre semana se puede concertar una cita para conocer el lugar y hacer una cata de sus exclusivos vinos (precio, 20 francos). Las vistas de los Alpes y el Lago Lemán, desde la terraza donde se hacen las catas, la amabilidad de su gente y la calidad de los caldos, hacen de ésta un momento mágico.
De este punto, se pueden recorrer las pequeñas carreteras que bordean los viñedos en los que el verde de las viñas, el azul del cielo, el verde del lago y el rojo y blanco de banderas suizas, hacen sentirnos dentro de una tarjeta postal.
En la carretera que bordea el lago, el museo-bar Vinorama Lavaux ofrece degustación y venta de 250 vinos diferentes de la región. Para los viajeros sin coche, pueden hacer el recorrido por los viñedos en trenes electrónicos como el Lavaux Panoramic, que todos los fines de semana y los miércoles de verano, recorren la zona.
Montreaux, los Chateau Chillon y Aigle
Otra ciudad interesante en la riviera de Lemán es Montreaux, famosa por su Festival de Jazz. Ciudad cultural y residencia de famosos, como Freddie Mercury, cuya estatua en el paseo del lago es punto de referencia para sus seguidores. La principal visita de la ciudad es el cercano castillo de Chillon, al pie del lago. Se trata de un edificio medieval construido entre los Siglos X y XIII, que ha servido de inspiración para escritores como Alejandro Dumas, Gustave Flaubert o Lord Byron. Está permitido recorrer su interior.
Un poco más lejos por la misma carretera, y sin salir del cantón suizo de Vaud, se encuentra el Castillo de Aigle. El edificio, hoy Museo del Vino, es un buen lugar para comer rodeado de paisajes inspiradores.
Los viajeros con coche, deben visitar, unos kilómetros arriba, subiendo a las montañas, Les Diablerets y el Glacier 3000, un glaciar que mantiene su hielo en verano. Tiene un observatorio y atracciones para los pequeños.