El dirigente opositor Leopoldo López, detenido desde febrero en una cárcel militar, se negó el martes a comparecer ante el tribunal penal en un intento por presionar para que ese juzgado responda el pronunciamiento a favor de su libertad que realizó un grupo de derechos humanos de la Organización de Naciones Unidas.
El líder del partido opositor Voluntad Popular tenía programado una audiencia el martes, pero se negó a salir de la prisión militar donde se encuentra recluido, citando la negativa del tribunal a responder a las demandas de Naciones Unidas.
A través de la cuenta de López en Twitter, su esposa Lilian Tintori divulgó un manuscrito en el que el ex alcalde expresa que el tribunal tiene la obligación de "de dar respuesta a la solicitud de liberación inmediata hecha por la ONU" y en consecuencia "he tomado la decisión de no asistir a juicio hasta que el tribunal entre en despacho (en funciones) y se pronuncie sobre la resolución de la ONU".
El abogado defensor Juan Carlos Gutiérrez explicó que "el pronunciamiento del dirigente político no es un acto de contumacia (rebeldía)... se trata simple y llanamente de decirles: ustedes deben pronunciarse con relación al pedido de libertad".
El Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias de la ONU consideró que López es víctima de una "detención arbitraria" y que pidió su liberación, según documento que difundieron hace casi tres semanas los abogados del dirigente detenido. La semana pasada, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos reiteró el pedido.
López enfrenta desde hace tres meses un juicio sin que se le haya permitido hasta el momento a su defensa la presentación de pruebas ni testigos. Fue acusado en abril por la Fiscalía de promover hechos violentos para desestabilizar al gobierno.
De ser declarado culpable podría enfrentar una condena de hasta 13 años de prisión, según estimaciones de la Fiscalía.
