Steven Gerrard consuela a su compañero Luis Suárez tras el empate. Liverpool
Luis Suárez se acuclilló tras el silbatazo final y rompió en llanto. Los sollozos eran perceptibles en el movimiento de su pecho, antes de que el capitán Steven Gerrard se acercara, lo levantara y tratara de consolarlo.
El astro uruguayo se alzó el cuello de la camiseta para cubrirse el rostro. No quería que el mundo lo viera, y Gerrard trató de ahuyentar a un camarógrafo de la televisión.
Liverpool dilapidó una ventaja de tres goles en los últimos 16 minutos y sufrió un durísimo golpe en sus aspiraciones de coronación en la Liga Premier inglesa, al empatar ayer 3-3 en su visita al Crystal Palace.
El resultado dejó a Liverpool nuevamente en la cima del torneo, un punto arriba del Manchester City. Pero el escolta inmediato tiene un partido pendiente y puede conseguir su segundo título en tres años si suma cuatro puntos en sus últimos dos compromisos.
"Necesitábamos ganar esta noche, ahora creo que Manchester City acabará ganando los dos partidos" que le quedan, se lamentó el técnico de Liverpool Brendan Rogers. "Serán los campeones".
Liverpool parecía tener el partido sentenciado tras los goles de Joe Allen y Daniel Sturridge en el primer tiempo, más el tercero por cuenta de Suárez, a los 55 minutos. Ese tanto del uruguayo le había permitido empatar el récord de la Premier, con 31 conquistas en una temporada de 38 jornadas.
Pero Crystal Palace supo voltear la tortilla, todo en un lapso de 16 minutos. En procura de su primer título de liga desde 1990, Liverpool suma 81 puntos y cerrará ante Newcastle. El City recibe el miércoles al Aston Villa y luego a West Ham el domingo.
