En el fondo de un cuarto está Oribe. Acorralado por las preguntas de reporteros ávidos de nuevas historias. Parco en sus contestaciones, el joven futbolista se ilusiona con su llegada al "equipo de sus amores".
Han pasado ocho años desde que el de La Partida llegó a Santos... por primera vez. En las antiguas oficinas del club, se realizó una modesta presentación del primer refuerzo para encarar el Apertura 2006. Eran días difíciles, austeros.
La llegada de Oribe al equipo se combinó con la salida del ídolo Matías Vuoso. Un movimiento no parecía compensar al otro, eso estaba claro.
Luego vendrían Eliomar Marcón y "Lorito" Jiménez a completar la lista refuerzos, los más destacados. No había para más.
El reto para Graniolatti y la directiva era no meterse en problemas de descenso, pero sin el presupuesto para contratar a jugadores consagrados.
Apelaron al orgullo. A la identidad guerrera.
EL SUEÑO COMIENZA
Oribe Peralta tenía 22 años y apenas 11 goles en Primera División. Todos con Monterrey, sin ser titular. En el equipo de Miguel Herrera, "Guille" Franco, Casartelli y Alex estaban antes que el lagunero. Un torneo después, Navia, Rodallega y la "Gata" Fernández eran las primeras opciones para el entonces entrenador de Rayados.
Sin embargo, fue recurrente verlo festejar un gol cuando entraba de cambio. Empezaba a llamar la atención.
El 19 de mayo de 2006, Oribe, quien había pasado inadvertido por las Fuerzas Básicas albiverdes, volvió a casa.
"Vengo a tratar de tener regularidad y a aportar goles al equipo", dijo en aquella ocasión. Estar ante las cámaras y los micrófonos no era habitual en su andar.
En su primer torneo con los Guerreros, Peralta se hizo presente en el marcador hasta la fecha 12, en la goleada de 5-1 que le propinó Veracruz. Los primeros seis partidos inició como titular, luego fue alternando la titularidad con la banca.
Volvió a anotar en la jornada 15, con un doblete ante Atlante, un triunfo de visita que no le sirvió al equipo para alcanzar la liguilla.
Luego vino lo más complicado en la carrera del "Cepillo". Ya con Daniel Guzmán al frente del equipo y la contratación de seis jugadores "de peso", Santos contaba con 17 partidos para eludir el descenso. Era el Clausura 2007.
Regresó el "Toro" Vuoso al ataque santista tras un efímero paso por el América. Con él, Ludueña, "Tano" Ortiz, "Gutty" Estrada, "Chato" Rodríguez y Oswaldo Sánchez le robaron presencia en la cancha al lagunero, y de paso le quitaron responsabilidad.
El principal objetivo del equipo se cumplió y mantuvieron la categoría, pero Peralta perdió protagonismo. Poco a poco fue desplazado por delanteros como Vuoso, "Pony" Ruiz, "Chucho" Benítez. Incluso en los entrenamientos, la situación era complicada.
Sus compañeros de ataque lo volteaban a ver poco. Su entrenador se desesperaba con él.
Tuvo que venir un "cambio de aires" para el atacante y dos años después se fue prestado a Chiapas. Ahí duró dos torneos, en cada uno anotó seis goles, siendo titular indiscutible, dueño de la confianza de su entrenadores, Brindisi y el "Flaco" Tena.
Para el Bicentenario 2010, Oribe volvía más jugador. Más hecho. Aunque en esta nueva presentación, fuera opacado por Felipe Baloy, quien acababa de ser campeón con Rayados; y Jonathan Lacerda, la novedad en el equipo.
Incluso podía llamar más la atención Carlos Adrián Morales, también refuerzo, que cualquiera de los dos laguneros que estaban de vuelta: Oribe y "La Mona" Olvera.
Pero nueve goles en 22 partidos (18 como titular) avalaron su madurez como futbolista.
NACE EL "HERMOSO"
Luego de un par de subcampeonatos con los Guerreros y algunos altibajos, llegó lo mejor: torneos de 13 y 15 goles; un nuevo ídolo había nacido.
La buena racha tuvo su clímax en 2012, cuando fue llamado a la Selección Mexicana olímpica que ganó la medalla de oro en Londres gracias a sus goles.
El Oribe de La Laguna pasó a ser el "Hermoso" de México. El país se rindió a sus pies y su fama traspaso fronteras.
Su rostro era ahora utilizado en campañas publicitarias de importantes marcas. Y todavía faltaba festejar el título de Liga con el "equipo de sus amores", al que había llegado seis años atrás con la modestia de quien no ha ganado nada.
Hoy, Peralta es también el referente de la Selección Mayor, incluso por encima del "Chicharito" Hernández.
Pero el día menos pensado llegó. Oribe Peralta deja a sus Guerreros, donde sólo le faltó ganar un título internacional.
Dice que una tentadora oferta en lo profesional lo hace tomar la difícil decisión de irse; quiere representar con orgullo a una región entera y buscará hacerlo en el centro del país, donde los reflectores no cesan y la prensa incomoda.
Se dice que América pagó alrededor de 8 millones de dólares por el jugador surgido del Cesifut de Lerdo, quien ya cumplió su sueño de jugar con el equipo que siempre quiso y ahora busca nuevos retos.
Oribe Peralta fue presentado por primera vez con Santos Laguna el 19 de mayo de 2006. Llegó con ilusiones y se va con el triunfo en la maleta