Siempre me ha gustado la forma de escribir de Rosario Ramos, mejor conocida como Pity. Desde su primer libro: "Ya no hay trenes", me agradó la forma en que escribe, porque lo hace como si estuviera platicando.
Es difícil escribir como se platica, porque la gente busca palabras elevadas para expresar sus sentimientos. Pero los sentimientos son eso, sentimientos y se expresan como se sienten, con las palabras más simples posibles.
Así escribe Rosario, en forma simple y clara; y más cuando se trata de hablar sobre su madre, que es la esencia de este libro.
En él describe la convivencia con su madre y las lecciones que le heredó en vida. Como dice Rosario: "La madre siempre es la madre y siempre está presente. Ellas nunca se van de nuestro lado".
No quiero saber cuánto tiempo pase, ni los acontecimientos que hayan sucedido en nuestras vidas. Ellas siempre están presentes y velando por nuestro bienestar. ¿Cómo es esto?, no lo sé, pero sé que así es.
Pity nos cuenta los consejos que les daba su madre, que en esencia son los mismos que toda madre da a sus hijos. "El estudio y la educación es lo que te saca adelante". "Los viajes son lecciones de vida, de conocimientos".
A todos los de mi generación nos decían nuestros padres: "Estudien, porque es la única herencia que van a recibir".
Las lecciones se repiten hasta el infinito, ellos siempre estaban pensando en los mejor para nosotros, aunque no tuvieran la certeza de podérnoslo dar.
En una forma ágil simple, como decía, Pity habla de su madre con verdadero amor y nos cuenta cómo fueron sus días, desde su niñez hasta su muerte.
Al hablar de su enfermedad y su muerte, Pity nos hace recordar la de todos nuestros padres que ya se han ido. La tristeza te invade y quieras que no debes escribir lo que sientes para sacarlo del alma. Así han nacido poemas geniales, como "La muerte del mayor Sabines" de Jaime, escrito mientras su padre agonizaba.
Este libro, escrito en 667 páginas, es una obra nacida del corazón de Pity, que sabiendo escribir, lo hace de nuevo en forma genial, simple, casi al estilo del realismo mágico, porque describe los hechos cotidianos en forma comprensible para todo el mundo. Su impresión es impecable y fue revisado por Felipe Garrido, lo que a su vez es una garantía.
Poder escribir y publicar es una de las grandes oportunidades que pueden tener aquellos que como Pity, se sientan frente a una máquina a teclear un texto. Porque el escribir no es una virtud, es una necesidad que tiene el autor, para expresar sentimientos y pensamientos.
Los invito a leer este libro, seguro de que lo encontrarán delicioso y aleccionador. Será el mejor tributo que podamos hacer a quien tuvo la paciencia de escribirlo, restándole tiempo a la familia y al descanso.
Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar que Dios te guarde en la palma de Su mano".
Mi carnal, Javier, su marido, se tardó en entregarme el libro, pero finalmente lo puso en mis manos y lo leí de corrido y sin parar. Le agradezco haber servido de correo, porque para eso son los maridos, para hacer mandados y agradezca a Pity ese envío que tanto me agradó.
