Se les considera el grupo de población más vulnerable de la sociedad. Son pequeños, muchas veces indefensos y, sobre todo, receptores de las decisiones, buenas o malas, que los adultos toman. No tienen derecho al voto, pero sí voz. En la semana que acaba de pasar fuimos testigos de dos interesantes ejercicios en el que los niños tomaron la palabra y expusieron sus inquietudes, sus miedos, sus ilusiones y las posibles soluciones a los problemas de una sociedad que hoy busca un rumbo para superar sus dificultades.
Como ya se ha hecho costumbre para cada 30 de abril, El Siglo de Torreón organiza el Foro de los Niños que ahora llevó el título "Vivir, Crecer y Soñar en La Laguna", en donde cuatro alumnas de escuelas públicas y privadas de la región, compartieron sentimientos e ideas sobre lo que significa crecer en una comarca que ha sido golpeada por la violencia y afectada por la falta de nuevas inversiones. El testimonio desde su mirada novel resulta estremecedor, pero a la vez esperanzador.
La experiencia de crecer en una zona metropolitana que llegó a ser considerada dentro de las cinco más violentas del mundo delictivo, ha sido muy difícil para ellas. Si bien consideran que la situación ahora no está tan mal como hace uno o dos años, el recuerdo de la tragedia colectiva forma parte de sus vidas. "Tenía miedo de salir en las noches, de que me robaran e incluso mataran", relata Ana Patricia Sánchez, alumna de sexto de primaria de la escuela José Ramón Valdez.
Debido a la inseguridad, la natural convivencia y el juego común en los espacios públicos se volvió una experiencia prohibitiva. "Nos da miedo de salir y hasta nuestras propias madres nos dicen 'no salgas, no te salgas, no te vayan a hacer algo'", platica Astrid Ramírez, de la escuela Narciso Mendoza.
Aunque esta situación ha ido cambiando para bien, ya que la violencia de "alto impacto", como la llaman desde el discurso oficial, no es como la que se experimentó entre 2010 y 2013, aún queda mucho por hacer, sobre todo en materia de delitos comunes, como los asaltos y las extorsiones pero, sobre todo, para construir la prosperidad y los mecanismos necesarios para evitar que esa violencia regrese con el rostro de otro cártel del narcotráfico. Y esa prosperidad pasa por la creación empleos. Y las niñas participantes en el foro lo saben.
Habla Miriam Banda, de la escuela Carlos Pereyra: "Yo creo que de grande no buscaría un empleo, sino buscaría algo qué hacer para dar empleo a la gente, proponer ideas, iniciativa". Solidaridad y servicio para ver una mejor región. Así también visualiza Sofía Placencia, de la primaria Antonia Solís Amaro, su futuro en la comarca: "me gustaría quedarme en la región, de grande me gustaría ser maestra de educación física, porque me gusta que los niños hagan ejercicio, que se alimenten bien".
El otro foro se dio en la sede del gobierno municipal. El 30 de abril, el Cabildo de Torreón fue diferente. Ese día no hubo grillas partidistas ni simulaciones. Hubo realidad y propuesta de un ayuntamiento conformado por niños. Ahí, el alcalde infantil, Gerardo Calderón, habitante de la colonia Bocanegra, lanzó una frase contundente: "no es vida vivir así, con inseguridad, cuando los niños deberíamos ser felices jugando y disfrutando de los parques". Un mensaje que es reclamo para los adultos y, sobre todo, para los que gobiernan.
Como Astrid y Ana Patricia, Gerardo también ha experimentado el miedo de vivir en una ciudad insegura. En medio de sus colegas del Cabildo infantil y frente al presidente municipal, síndicos, regidores y medios de comunicación, contó que a veces su temor es tanto que quisiera cargar unas tijeras para defenderse cuando va a la tienda de su colonia. No lo ha hecho, pero en sustitución, dice, camina con los puños cerrados para estar listo por si alguien quiere agredirlo. Duro testimonio de la realidad que han vivido muchos niños en La Laguna.
Pero al igual que las participantes en el foro de El Siglo, los integrantes del Cabildo infantil hicieron propuestas para acabar con los problemas que los inquietan: la propia inseguridad, el hostigamiento escolar o bullying, y el maltrato animal, estos últimos como el otro rostro de la crueldad y la violencia.
Idealizar a la infancia, ese período en el que nos definimos a través de todo lo que absorbemos de nuestro entorno inmediato y del mundo exterior, no nos conducirá a una mejor comprensión de la realidad a la que se enfrenta este sector de la población que mañana será dueño de las decisiones en la vida pública. Hay que escuchar, entender la visión que estos niños tienen del medio en el que se desenvuelven. Son el reflejo de lo que como sociedad hemos hecho y también de lo que hemos dejado de hacer.
Pero con todo, ya lo decía más arriba, hay en ellos esperanza y una intención de creer en su pequeña patria que es la comarca. Esperanza como la que demuestra, por ejemplo, Ana Patricia, en su visión de futuro para la región: "me gustaría verla con mucha gente viviendo en ella, que haya muchas oportunidades para la gente que ahorita no las tiene. Y ver que mis compañeros, mis amigos, se hayan realizado como persona y que hayan sido como ellos quieren. Y que, principalmente haya mucho trabajo, más espacios públicos y que nuestra Laguna siga creciendo (…), (que) no haya tanta delincuencia ni tanta maldad en la Comarca Lagunera".
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