Nuestro principal reto como país en 2015 será devolver la confianza a los mexicanos de que mejorará el ingreso y el consumo en los hogares.
A punto de cerrar 2014, una de las mayores preocupaciones de los empresarios es el magro crecimiento de la economía, producto de la debilidad del mercado interno ante la falta recuperación del consumo local; los efectos de la reforma fiscal; la baja inversión privada y la lentitud en la dispersión del gasto público hacia los sectores y ramas productivas.
Nuestra economía también fue afectada por factores externos que incidieron en el menor crecimiento global, entre éstos el bajo crecimiento de China, la caída de los precios del petróleo y materias primas, así como la incertidumbre por la posible alza de las tasas de interés en Estados Unidos que se tradujo en el fortalecimiento del dólar respecto de otras divisas, afectando al peso.
Nuestro principal reto como país en 2015 será devolver la confianza a los mexicanos de que mejorará el ingreso y el consumo en los hogares, que habrá más empleos, y que la economía crecerá en forma sostenida.
Tenemos algunos factores a favor, como las coberturas contratadas por el Gobierno Federal para compensar la caída de los precios del petróleo y el dinamismo del sector exportador, principalmente el automotriz.
La propuesta de los empresarios para enfrentar los retos, es fortalecer el diálogo entre los sectores productivos y el gobierno para generar incentivos a la inversión que permita impulsar la innovación en las pequeñas y medianas empresas, que son las que más empleos formales generan, y así crear un círculo virtuoso que nos lleve a elevar el ingreso de las personas y dinamizar el consumo interno.
Se requieren esquemas que incentiven las inversiones y revisar las disposiciones fiscales que encarecieron los costos de operación de las empresas formales, como el tope a la deducibilidad en las prestaciones laborales. Necesitamos también recuperar los estímulos a las aportaciones a fondos de pensiones y haberes del retiro.
Disminuir la tasa impositiva a las personas físicas, o aumentar sus posibilidades deducibilidad, permitiría también que hubiera mayor capacidad de consumo, para reactivar el mercado interno. Si a ello sumamos la deducibilidad de las inversiones y la generación de más empleo, podremos lograr un mejor escenario para afrontar los retos de 2015.
Más allá de los esfuerzos para que la economía crezca, se requiere atender los reclamos de muchos mexicanos que se sienten agraviados por la corrupción, por la cultura de los privilegios y por el mal uso de los recursos públicos. Hay un reclamo que no están atendiendo los partidos políticos.
Muchos mexicanos sintieron decepción de que concluyera el período ordinario de sesiones del Congreso sin que pudieran aprobarse reformas fundamentales para buscar soluciones de fondo en los asuntos que más preocupan a la sociedad, como el Sistema Nacional Anticorrupción que quedó congelado en la Cámara de Diputados, y el nombramiento del fiscal anticorrupción, que no se aprobó en el Senado.
Tampoco se aprobaron la creación del mando único en las policías estatales, los candados para las autoridades municipales bajo sospecha de estar capturadas por la delincuencia organizada, y la desvinculación del salario mínimo como unidad de cuenta en diversas leyes y ordenamientos.
Es preciso superar todos esos retos en 2015, dejar atrás el desánimo y la desconfianza de gran parte de la sociedad.
México no merece que nos gane la desesperanza.
Twitter: @jpcastanon