Cuando pienso en Italia invariablemente pienso en alegría y en un ambiente festivo. La familia y las reuniones familiares son para los italianos siempre un tema importante alrededor del cual gira siempre una buena comida. Es su manera de agasajar, de hacer sentir a una persona mejor que en su propia casa; se esfuerzan en complacer, en ofrecer lo mejor que tienen: sus productos, su cocina y su amistad y cariño. Por eso siempre se quiere volver a esa tierra, para conocer otros rincones, descubrir otros sabores y volver a comer ese "plato" que tanto nos gustó, visitar y compartir con los viejos amigos y hacer nuevos vínculos que nos hagan volver. La cocina italiana es ecléctica, rica en matices y muy diversa a través de si geografía; han sabido aprovechar sus recursos, las herencias culturales que otros pueblos han dejado a su paso y, en muchos casos internacionalizar sus productos estrella como el queso parmesano, el vinagre balsámico, el queso mozarrella, la pasta seca o el panettone, entre otros muchos. Hoy en día muchos de estos productos ya se pueden conseguir en un supermercado, por lo que es posible disfrutar de una comida "a la italiana" aquí mismo. Así que te invito a cocinar como la "Mamma" (Mamá en italiano).
Si bien todos sabemos de qué se trata el risotto, pocos conocemos sus orígenes y variedades y es por ello que contaremos esta historia. Nos remontaremos a aquel momento en que comenzó a formar parte de la cultura gastronómica de este país.
Dice la historia que en 1574 un joven discípulo de Valerio de Flandes - quien se encargó de hacer las vidrieras del Duomo de Milán - se enamoró de la hija del artista flamenco y le pidió matrimonio. Luego de aceptar la propuesta, este muchacho italiano quiso honrar a su prometida y a los invitados de la boda con un plato ingenioso. Sencillo pero diferente. De esta manera, él, aficionado a la cocina presentó ante los comensales un arroz decorado completamente con un color dorado. Todos quedaron maravillados no sólo ante la tonalidad del plato sino también ante el sabor que le otorgó el azafrán, que terminó convirtiéndose en el condimento favorito de todos los italianos.
Sin lugar a dudas, el risotto a la milanesa, como lo llamaron en aquel entonces por haber sido creado en Milán, es hoy una de las comidas más características del país y, sin ninguna discusión, también una de las más deliciosas.
La receta: Risotto a la milanesa
(6 porciones)La receta
* 300 gr de arroz redondo (arborio, carnaroli, bomba o... normal)
* 1.5 litros de caldo de ave
* 75 gramos de mantequilla
* 50 gramos de parmesano
* 1 cebolla
* Medio vaso de vino blanco
* Azafrán (no, colorante no nos vale)
Procedimiento
Picamos finita una cebolla. Ponemos el caldo a calentar. Es muy importante que esté hirviendo cuando lo añadamos al arroz. ponemos un poco de mantequilla en una sartén o cazuela y freímos la cebolla a fuego muy bajo y previamente salpimentada. Cuando ya esté transparente y blandita, añadimos el arroz, subimos el fuego y dejamos dorar un par de minutos, removiendo con cuidado de que no se nos pegue. Ahora añadimos el vino blanco y dejamos evaporar el alcohol. Cuando se haya consumido, hacemos un hueco en el centro y añadimos el azafrán, lo tostamos unos segundos CUIDADO, se quema muy rápido. A medida que pasan los minutos, verán cómo el arroz va creciendo y el azafrán tiñendo más la escena de amarillo. Aquí, a mitad de cocción. A partir de los primeros 10 minutos, bajamos el fuego. Lo mejor para saber el punto es que lo vayan probando, porque cada arroz tiene un tiempo de cocción y una capacidad de absorber líquido diferente.
Para mí el punto del risotto es cuando el grano está cocido, pero aún ofrece una ligera resistencia al diente. En ese momento, le echo medio cucharón de caldo, lo retiro del fuego y lo "manteco". Y ¿qué es esto? pues añadirle la mantequilla y el parmesano rallado. Removemos de nuevo, integramos bien y ya se puede servir. Mucho cuidado con la sal, si usan caldos comprados, no le añadan porque no será necesaria y en esta receta es fácil pasarse.
Y ya podemos servir.
Contenido Nutrimental
120 calorías por porción (100g)
Carbohidratos: 9.5 g
Proteína: 6.3 g
Grasas: 8.1 g
Colesterol: 30.3 mg
Sodio: 157.01 mg
Fibra: 1.5 g
Presentación
Como entrada, o para acompañar cualquier platillo.
Maridaje
Vino blanco cepa (uva) sauvignon blanco.
Me despido de "Los sabores de Fiore" "Cocinando con historia" y como siempre les deseo un buen provecho, la comida se disfruta aún más junto a una buena compañía.
duranflorencia@gmail.com