En lo que constituye un nuevo capítulo en la relación México-Cuba, con perfil de reconciliación, tras la visita del presidente Enrique Peña Nieto a la isla, en los próximos días llegará a ésta una misión mexicana de hombres de negocios bajo el patrocinio del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior.
El ostión lo abrió la condonación del 70 por ciento de una vieja deuda de 500 millones de dólares que mantenía el gobierno de Raúl Castro Ruz con el país, concretamente con el Banco Nacional de Comercio Exterior.
La acción fue severamente criticada por los sectores conservadores del país, lo que originó una respuesta del secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, señalando que la relación entre las dos naciones es aún más valiosa que el fondo perdido.
Menos romántico, o si lo prefiere más pragmático, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, diría que el nuevo capítulo resulta estratégico para México, por la dinámica apertura del mercado que mantiene el gobierno cubano.
Como usted sabe, la isla abrió ya posibilidades de negocios por parte de particulares, ya en materia turística, incluyendo restaurantes, como en la mercantil, al margen de su apertura tradicional de nichos al capital extranjero, sea petróleo, hotelería y media docena de ramas más.
La crítica más feroz por la quita, paradójicamente, la lanzó el responsable de que Cuba dejara de abonar una deuda histórica de casi 20 años.
Estamos hablando del expresidente Vicente Fox, el autor del desplante que provocó el enfriamiento de relaciones entre los países, conminando al presidente de la isla ("comes y te vas"), a un viaje relámpago a nuestro país en el marco de una cumbre de países del Hemisferio, en cuyas entrelíneas se leía la intención de no irritar al presidente de los Estados Unidos, George W. Bush.
La deuda de la discordia, en cuyo marco dos telefónicas cubanas solicitaron en 2001 un arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional, se colocó en punto crítico cuando el gobierno cubano la hizo suya vía un decreto publicado el 20 de abril de 2002.
Bajo el marco de éste se anulaban las garantías dejadas al Bancomext por las firmas locales Telecomunicaciones de Cuba y Telefonía Antillana. El préstamo se pactó durante el gobierno del expresidente Carlos Salinas de Gortari, en la coyuntura de la llegada de dos socios mexicanos a las firmas: Javier Garza Sepúlveda, conocido como "El Manotas", y su hijo Javier Garza Calderón, conocido como "El Manitas".
Los empresarios de Monterrey, propietarios de una empresa denominada Domos, habían recibido la consigna luego de fracasar en su intento por adquirir Teléfonos de México. Los Garza abandonaron la isla en 1994, dejándole su inversión a la empresa italiana Stet. La deuda original de 350 millones de dólares se garantizaría con el pago de empresas telefónicas de Estados Unidos por las llamadas de larga distancia que se hacen desde la isla, principalmente a Miami, vía derecho de interconexión.
La exposición de motivos del Decreto hablaba que "una acción malintencionada promovida por el gobierno de México puede ocasionar graves perjuicios a las compañías que desempeñan un papel predominante dentro de las telecomunicaciones de nuestro país…"
El documento aludía a unas declaraciones virulentas del entonces Secretario de Relaciones Exteriores, Jorge Castañeda. Hasta entonces el gobierno cubano había pagado puntualmente los abonos de la deuda. Cuando llegó el enfriamiento de las relaciones de México con Cuba se estaba negociando la posibilidad de que se pagara la deuda en especie, es decir en materias primas, con énfasis en metales y minerales.
A partir de la majadería foxista el intercambio entre los países se derrumbó drásticamente.
De acuerdo al Consejo Mexicano de Comercio Exterior que encabeza Valentín Diez Morodo, la posibilidad de Cuba se abre fundamentalmente para las pequeñas y medianas empresas.
Sin embargo, entre las 12 empresas que intentarán hacer negocios con la isla está también Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad.
Nuevo capítulo en la relación México-Cuba.
BALANCE GENERAL
Ahora resulta, a decir del director general del aeropuerto capitalino, Alfonso Sarabia, que la empresa Fumisa, quien durante 20 años manejó los negocios de la terminal aérea, no es acreedora, sino deudora de éste.
En el largo periplo la firma administró el estacionamiento de la terminal uno, los locales mercantiles y los pasillos teleféricos para llegadas y salidas de los pasajeros, que representan una gran veta para publicidad.
La firma propiedad del Grupo Advent que encabeza Juan Carlos Torres habría obtenido un remanente de ingresos sobre lo fijado en el contrato por seis mil millones de pesos.
Falta, pues, hacer cuentas con el aeropuerto.
Como usted sabe, finalizado el contrato otorgado por el gobierno salinista, Fumisa se negó a dejar las instalaciones alegando que aún no recuperaba el plus pactado por su inversión.
La paradoja del asunto es que el grupo Advent está otra vez en el ojo del huracán, en este caso por la negativa de su firma Tenedora K, de endosar las acciones de la base de mantenimiento de Mexicana de Aviación, MRO, a sus acreedores.
La empresa la compró a Gastón Azcarrága Andrade en el precio simbólico de mil pesos vía las acciones del Nuevo Grupo Aeronáutico que incluía también a la línea aérea y sus filiales Click y Link.
La operación la pactó el abogado de Advent, Jorge Gastélum.
OFENSIVA CONTRA DISH En plena discusión sobre la interpretación del must offer y must carrier tras la consulta popular a que convocó el Instituto Federal de Telecomunicaciones, por más que sus resultados no se han hecho públicos, Televisión Azteca está lanzando una andanada contra la firma de televisión satelital Dish, justo por bajar gratuitamente las señales de sus canales 7 y 13.
De acuerdo a la empresa de Ricardo Salinas Pliego, la firma encabezada por Joaquín Vargas utiliza una interpretación mañosa de la reforma constitucional en telecomunicaciones para beneficiarse económicamente.
Aunque la compañía señala que la retransmisión de los canales de televisión abierta es gratuita para sus suscriptores, lo cierto es que acaba de incrementar sus tarifas.
El escenario, se asienta, viola los derechos de los anunciantes locales; de quienes producen los contenidos, y aún de los televidentes que no pueden tener acceso a una programación local.
De acuerdo a Azteca, Dish le genera un daño incuantificable a la industria de las telecomunicaciones, poniendo en riesgo a miles de trabajadores y programas de televisora.
La pelea, pues, está ardiendo.
PECADO DE ROJAS
Acusado, acosado, por sus propios compañeros del gabinete legal y ampliado, filtraciones al calce a los medios, de no haber acometido con suficiente pasión, o de plano quedarse en silencio, la promoción de la Reforma Energética, la salida de Francisco Rojas Gutiérrez, de la Comisión Federal de Electricidad estaba cantada.
Un día y otro se le crucificaba.
El divorcio llegó, finalmente, por incompatibilidad ideológica.
