Si acaso existe algo como exceso de violencia en defensa propia, sería interesante saber cómo funciona. Imagino que cuando una bestia intenta violarnos, debemos defendernos sin rudeza procurando siempre que no vaya a ser mortal el golpe que logremos colocarle. Si lo que tenemos a mano es una pistola, habrá que dispararla con cuidado de manera que nomás atarante al agresor, pero sin matarlo. Tal vez meter sólo la puntita del cuchillo para no herir de muerte al violador. Otra opción puede ser pedirle amablemente: -"Por favor no me violes ¿no ves que Dios te está mirando?" ¿Pensarán acaso los procuradores de justicia que los degenerados ejercen una violencia moderada con sus víctimas? Me lo pregunto en un intento por comprender de qué se trata "un juicio de delito de homicidio en legítima defensa con exceso de violencia"; como el que deberá enfrentar la joven Yakiri Rubio de veinte años, quien el nueve de diciembre de 2013 fue perseguida y abordada por dos hombres que la sometieron en una calle de la peligrosa colonia Doctores.
Amenazada con un cuchillo la llevaron hasta el cuarto número 27 en el segundo piso del Hotel Alcázar donde el agresor de 36 años, 1:80 de estatura y más de 90 kilos de peso la golpeó y la violó. En su desesperación por liberarse -imagino que con el mismo cuchillo con que la amenazaron para secuestrarla- Yakiri logró herir al violador quien salió del hotel y corrió hasta su casa cercana donde murió un poco después de llegar; mientras la joven violada, medio desnuda y ensangrentada huía para pedir auxilio en una nevería cercana. Como suele suceder, después de consumado el hecho apareció la Policía que en lugar de ocuparse de los secuestradores e interrogar a los empleados del hotel, remitió a Yakiri a la Agencia del Ministerio Público donde esa misma noche la consignaron al juzgado 68 y desde ahí, sin mayor averiguación fue trasladada al penal de Santa Martha Acatitla donde acusada por homicidio calificado en la persona de su secuestrador y violador, estuvo recluida durante 86 días.
"En los exámenes no se sabe con claridad si el semen es del muerto o del hermano que lo acompañaba, lo único que sí está debidamente acreditado, es la violación"; informó gentilmente el Ministerio Público al padre de Yakiri, porque -eso sí- todo se hizo dentro de la ley, que por cierto en nuestro país nada tiene que ver con la legalidad. Lo primero que llama la atención en este caso -al menos a mí- es el hecho de que se pueda entrar a un hotel con una mujer secuestrada y que ella salga después desnuda y ensangrentada a la calle sin que los empleados del establecimiento perciban nada extraño; y que a pesar del delito cometido en una de sus habitaciones, el hotel siga funcionando como si allí no hubiera pasado nada.
Todo esto no es más que otra ignominia, otro caso de abuso de poder, corrupción, ilegalidad y manipulación de la ley que nos afecta a todos, pero se ensaña especialmente con las mujeres. Para muestra quiero retraer aquí algunos casos que no podemos permitir impunes; como el del "honorable" Góngora Pimentel, exprocurador de justicia que durante casi dos años mantuvo en prisión a su compañera sentimental con quien procréo dos niños enfermos. "Reconozco que me dejé llevar por mis emociones de desconcierto", reconoció el hombre en quien depositamos la procuración de justicia durante algunos años; antes de otorgar un perdón condicionado a su joven examante.
Y ya entrados en el terreno de la bajeza moral, es obligado mencionar aquí al exgobernador de Puebla quien para complacer al millonario comerciante que se lo pidió en nombre de la amistad que los une, en pleno uso de su poder ordenó el secuestro de la muy respetable periodista Lydia Cacho, con la orden además, de que le dieran sus "coscorrones". O sea, que hicieran con Lydia cualquier cosa que las bestias al servicio del gobernador interpretaran por coscorrones. Todo siempre dentro de la ley del -en aquel tiempo- Gobernador; de tal manera que ninguno de los criminales ha pisado la cárcel; todavía.
Otro exgobernador impune hasta hoy es Montiel, quien con el poder que le asiste todavía, mantiene secuestrados desde hace dos años a los hijos que parió con Maude Versini; la francesa que lo hizo sacar juventud de su cartera.
Es larga la lista de los machos que con su poder manipulan las leyes y atropellan impunemente a "sus" mujeres. Es por eso que cuando veo la forma en que Peña Nieto, Mancera y todo político que se respete aprovecha los reflectores que ofrece el Día de la Mujer para pararse el cuello con la retórica inane de siempre; no puedo menos que decirles desde aquí que el único homenaje público aceptable sería el de ver entambados a todos esos rufianes, violadores, abusivos del poder y machistas de mierda.
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