Siglo Nuevo

México: una forma en el universo

Máscara, laberinto, paraje de hermanos esquizoides

México: una forma en el universo

México: una forma en el universo

Fernando Fabio Sánchez

¿Qué es y que ha sido ese sueño que ha determinado nuestra realidad? Intentemos llegar a una respuesta no desde la cultura sino desde la ciencia, reflexionando acerca del tiempo.

México no es más que una articulación momentánea de las formas en el universo; sin embargo, para los mexicanos, es el factor que determina la trayectoria de todos los días. México, para los mexicanos, es tan inaplazable como la idea de vivir en el tiempo y el espacio. En 2010, apenas celebramos el bicentenario de la nación. Sin duda, en algunos años -tal vez siglos-, los habitantes de este territorio se relacionarán con otro tipo de narrativa que defina su relación con esta tierra.

México dejará de existir como un día empezó a ser. ¿Qué es y que ha sido, entonces, ese sueño que ha determinado, no obstante, nuestra única oportunidad de ser en el universo? La intención aquí es responder a esta pregunta, no desde el interior de la cultura -desde nosotros mismos-, sino desde la perspectiva de las últimas propuestas científicas y sus consecuencias en la filosofía. Y para intentar llegar a tal meta, partiremos desde el punto de los hechos y datos cuantificables en relación con la dimensión «tiempo».

MÉXICO: UN ESTADO-NACIÓN

Entramos y nos adentramos cada vez más en una época de globalización radical, el Estado-nación continúa determinando nuestra experiencia humana. El Estado-nación es la forma de gobierno y organización colectiva que empezó a diseminarse mundialmente en el siglo XIX. Tal como lo teoriza Benedict Anderson, una capa de conocimiento basado en la ciencia y la tecnología cubrió la red de explicaciones mágicas y teológicas que las instituciones e individuos habían creado de la realidad. Asimismo, un gobierno secular desplazó a las monarquías, el cual dirige a la nación: un grupo de personas que se piensan dentro de los límites simbólicos de una identidad. A la vez, la nación habita un territorio que parece ser propiedad de la nación y en cuyas superficies está inscrita la historia de la misma.

A lo largo de las décadas, la mayoría de los seres en el planeta hemos nacido y crecido en un territorio que se identifica con un nombre específico y que administra un gobierno. Y ya sea de forma oficial o imaginaria, pertenecemos a una nación. Entonces, al formular el problema de la identidad tendríamos que hacernos una pregunta con dos cabezas: ¿qué o quiénes somos en realidad? ¿Sujetos de una nación o criaturas naturales de un planeta? Una respuesta parcial es que no podríamos desgajar la dimensión nacional de nuestra existencia como Homo sapiens.

Así, tendríamos que aceptar que formamos parte de una especie, somos en realidad «mexicanos». Y somos no sólo porque nuestra programación -nuestra cultura- sea única, original y marque una especificidad en relación con los otros. Somos mexicanos porque es la coordenada que ocupamos en el espacio y el tiempo, misma que no compartimos ni compartiremos con nadie más. Somos mexicanos porque ésa es nuestra experiencia en el mundo.

Pero volvamos a nuestra pregunta inicial: ¿qué es México? Intentemos responder a esta pregunta, reflexionando en el tiempo como una de las dimensiones de la realidad.

TIEMPO: RASTRO DE LA TRANSFORMACIÓN

Uno de los principales descubrimientos del siglo XX fue el orden del tiempo. El tiempo no es eterno, no por lo menos en este universo. Tuvo un origen. Este se ha ubicado hace aproximadamente 13.8 billones de años, que es la edad del universo. Desde ese punto, el tiempo ha venido avanzando de forma unidireccional. Es lo que se ha llamado la flecha del tiempo.

El tiempo en la Tierra lo medimos en horas, días, años. Pero estas medidas no son universales. Son divisiones del tiempo basadas en el comportamiento del planeta y su relación con el sol. Así que el tiempo no son los días ni los años. Además, tal como lo dijo Einstein, el tiempo es relativo y depende de la velocidad y la relación del objeto que viaja con la gravedad. Por ejemplo, los relojes de los satélites en órbita tienen que ajustarse 38 microsegundos cada día en contraste con los relojes estáticos en la superficie terrestre.

Una manera de hablar del tiempo sin recurrir a una medida sería identificar el principal proceso que ocurre en esta dimensión. El tiempo es, de acuerdo con los físicos, el espacio donde ocurre la transformación del universo. Y esta transformación, aunque en apariencia cíclica, no es nunca idéntica a sí misma. El universo desde la Gran Explosión está enfriándose y, sobre todo, se expande. El tiempo es, entonces, el rastro de la transformación.

MÉXICO Y EL TIEMPO

Dejando a un lado un posible cuestionamiento de la existencia de México y de su edad oficial como Estado-nación, puntualicemos cifras específicas que podrían darnos una idea de lo que significan los dos siglos mexicanos en el tiempo. Aquí recurriremos a la idea del tiempo como duración.

Nuestros dos siglos representan el 0.0000014494854326714017 por ciento de los 13.798 billones de años de la edad del universo; 0.000004444444444444445 de los 4.5 billones de los años durante los cuales la Tierra ha rotado sobre su eje; 0.0000057142857142857145 de los 3.5 billones de años en los que ha existido vida en nuestro planeta; 0.1 por ciento de los 200 mil años en que la especie humana ha caminado por los continentes. Para tener perspectiva sobre estas cifras (casi incomprensibles), México representaría en la existencia del planeta apenas 44 latidos en la vida natural de un corazón animal (y/o humano), el cual llega a palpitar un billón de veces desde el nacimiento hasta la muerte.

Continuemos con los números, pero ahora hablemos con más detalles de la brevedad. Considerando la esperanza de vida para las mujeres en México en 2013, 77.4 años, sólo tres generaciones de madres con longevidad oficial serían suficientes para ver toda la historia desde el Grito de Dolores hasta 2014, en comparación con las 775.19 que habrían existido desde que el Homo sapiens empezó a salir de África hace más de sesenta mil años; las 206. 7 desde que los humanos empezaron a tocar las costas de América hace dieciséis mil años; y las 151.16 desde la última glaciación hace once mil 700 años.

Desde los orígenes de la civilización maya hasta nuestros días, México podría haber existido 14.5 veces. La ciudad de Teotihuacán, desde que empezó a ser construida, ha visto once veces más primaveras que México. Incluso, el período colonial duró 1.5 más veces de lo que ha sido el período independiente. La aventura del imperio azteca sería la única que se asemejaría a la de nuestro cumplimiento temporal, 200 años.

¿Cómo, entonces, algo tan breve puede influir en la eternidad de nuestro presente? Aunque también podríamos hacernos una pregunta más radical, si dejamos a un lado la idea del tiempo como duración y recobramos la noción del tiempo como rastro de la trasformación, ¿qué implicaciones habría al considerar la existencia temporal de México? ¿Ha existido México en realidad por dos siglos? La respuesta es no. Y no me refiero aquí al argumento que cuestiona la fecha de fundación del Estado-nación. La propuesta aquí busca alinearse con la idea científica del tiempo. Lo que ha existido es la transformación de México durante un segmento de tiempo identificable, y en ese período, México nunca ha sido idéntico a sí mismo ni existe en la simultaneidad con sus múltiples facetas.

¿Pero no es esta fórmula válida para definir todas las naciones-Estado del mundo? Sí, en efecto. De esta manera, México sería las coordenadas concretas de la sucesión de sus transformaciones, mismas que no pueden coincidir con las de otros casos, ya que cada uno es, precisamente, las suyas propias. Así, aunque nuestro sentido común (y la política) propongan una narrativa nacional continua y coherente, México ha existido como un avance lineal de puntos que, sin embargo, se separan de sí mismos, pues han estado en cambio -y oposición- constante.

¿Pero cuál sería, entonces, la especificidad de México? La respuesta vendrá después.

Twitter: @FernoFabio

Leer más de Siglo Nuevo

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Siglo Nuevo

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

México: una forma en el universo

Clasificados

ID: 972447

elsiglo.mx