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¿Mi bebé escucha bien?

Guía de cómo evoluciona el o do del bebe hasta los dos años

¿Mi bebé escucha bien?

¿Mi bebé escucha bien?

Ximena Martínez González

Para el correcto desarrollo del habla del bebé, es importante que los padres se encuentren pendientes de diversas situaciones durante los primeros 24 meses. Esto se debe a que así como hay niños que nacen con problemas de audición, hay quienes ya cuentan con una perfectamente normal, pero que durante su crecimiento vaya degenerándose. Este tipo de problemas pueden afectar el desarrollo de habilidades como la voz, el habla y el lenguaje.

Nacimiento

Desde que nace, el llanto es una de las herramientas que el bebé utiliza como medio de comunicación; la entonación, intensidad y ritmo mandan diferentes mensajes. La mayor parte de los recién nacidos se sobresaltan al escuchar sonidos fuertes y repentinos y con el paso del tiempo, aprenderán a utilizar la sonrisa como respuesta a lo que sí les gusta, sonidos guturales y vocálicos que los padres poco a poco comenzarán a identificar sus significados con mayor facilidad.

Durante los nueve meses que el bebé se encuentra en el vientre de su mamá, también escucha los sonidos comunes de su alrededor. Por ejemplo, si tiene un hermanito juguetón y que le gusta correr y gritar, el bebé se irá familiarizando con dichos sonidos desde antes del parto. Es por esto que al nacer, es posible que el pequeño no se perturbe o se exalte al momento de escuchar esas mismas situaciones, pues en realidad pasó nueve meses acostumbrándose. Es importante que tomes en cuenta estos detalles, pues si tu bebé no se exalta ante gritos o sonidos como los de la cocina, es posible que ya se encuentre acostumbrado y no significa que tenga algún problema; incluso, ¡puede que hasta logre dormir con ellos! A diferencia de cuando se exponga a sonidos completamente nuevos.

Dos a cinco meses

A partir del segundo mes comienza el juego vocal, es decir, la repetición de sonidos que suelen parecer sin sentido. Se inicia con emisiones guturales y pueden ser repetidos hasta tres días.

Al final de los primeros tres meses, puedes probar aplaudiendo detrás de la cabeza y observar su reacción. Si se asusta, no hay de qué preocuparse; si no, repite la prueba varias veces.

Aproximadamente a los cuatro meses es cuando un bebé comienza a balbucear. Ésta es una manera de ir entrenando los músculos faciales para aprender a hablar y acercarse a su cultura, lengua y entorno. El pequeño va comprendiendo las diferentes interpretaciones a las vocalizaciones, donde el papá también comenzará a entender dependiendo del contexto donde se encuentran. Se podrán observar cómo pasan de vocalizaciones reflejas como el llanto a juegos con las palabras que intentan pronunciar.

Seis a nueve meses

Al inicio del sexto mes, aproximadamente, ya debe existir cierto grado de control en la cabeza del pequeño, moviéndola hacia los lados. Llámalo por su nombre y observa si voltea y cómo es que reacciona ante tu voz o si gira los ojos o la cabeza en busca de dónde provino dicho sonido. Son reacciones normales que denominan el buen estado en que se encuentra el oído de tu bebé.

En esta etapa, también comienzan las divertidas imitaciones auditivas de los bebés. Escucha sus primeras palabras como “mamá” y “papá” y cómo imita tanto lo que sus padres dicen como lo que ve en la televisión o a su alrededor, por supuesto, es mucho más importante que aprendan plenamente de los papás, por lo que modera tu lenguaje ¡no querrás que diga groserías desde pequeño! Aunque al inicio tal vez el bebé aún no diferencie correctamente, poco a poco lo hará de manera común y generalizada.

Diez a trece meses

Aproximadamente a los 10 meses, los bebés ya son capaces de entender las prohibiciones ante la palabra “no” de los padres. La mayoría de las ocasiones, el pequeño dejará lo que está haciendo si escucha que su mamá o papá le dice “no” y comenzará a hilar lo que debe y no debe hacer.

Durante el primer año de edad, es la etapa más rica en el desarrollo del lenguaje y es muy importante prestar atención a la evolución de este sentido. Si observas que tu pequeño no inicia un vocabulario, por más sencillo que sea, es mejor acudir al médico para determinar si cuenta con alguna afección en el oído. A partir de esta edad y hasta los cinco años, se efectúan diferentes clasificaciones que denotarán el proceso de adquisición del lenguaje.

Si durante esta etapa el pequeño no reacciona a los sonidos, a la pronunciación de su nombre, no imita vocalizaciones de los adultos, no se orienta a los sonidos cotidianos y no entiende el “no” o un “adiós”, son pequeñas señales de que tal vez algo no ande bien. Lo mejor será acudir al médico para resolver dudas.

Catorce meses a dos años

Entre el mes 14 y 16, el pequeño comenzará a introducir otras palabras comunes de su vida diaria, e incluso, puede ser capaz ya de formar frases de dos palabras. Durante los próximos meses, el vocabulario del pequeño comenzará a crecer, de 10 palabras para el mes 17, unas 15 para el mes 19, etcétera. Pueden agregar una o dos palabras al mes, pues se encuentran en un aprendizaje constante.

Al momento en que tu hijo llegue al segundo año de vida, ya debe ser capaz de cantar canciones, reconocer colores y el abecedario y comenzar a contar hasta 10. En caso de observar que el niño no atiende ni señala algún objeto o persona cuando se le pide, no intenta formar frases o no reconoce su nombre, visita al pediatra.

Situaciones que pueden afectar la audición

Si bien tal vez el bebé no sufra de ningún problema de oído, hay situaciones de riesgo que puede que le afecten de manera sencilla hasta tornarse más grave.

• Exposición a ruidos prolongados y muy altos, como pistas de aterrizaje de aeropuertos o conciertos.

• Antecedentes familiares de problemas auditivos

• Nacimiento prematuro o defectos al nacer.

• Inflamación crónica del oído medio (otitis media) que pueda causar cicatrices en las trompas de Eustaquio si el pequeño sufre de frecuentes infecciones de oído.

• Durante una infección de oído, puede sufrir pérdida temporal de audición.

• Exposición prenatal a la rubéola.

• Defectos de nacimiento.

Fuentes: www.espanol.babycenter.com; www.guiainfantil.com; www.mibebeyyo.com

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