Novedad. La obra de Gayford se adentra en la vida del artista.
Como un hombre inmensamente talentoso, neurótico, complicado y cascarrabias “pero, en última instancia, cautivador” define el historiador de arte Martin Gayford a Miguel Ángel en la considerada biografía definitiva del maestro renacentista.
Publicada por Taurus, en “Miguel Ángel. Una vida épica” el autor muestra la magnitud de Michelangelo Buonarroti (Caprese, 1475-Roma, 1564), un artista del que Giovanni Battista Figiovanni dijo que no habría bastado la paciencia de Job para lidiar con él un día entero.
En su escrito introductorio, Martin Gayford afirma que su pretexto para aportar algo a la numerosa biografía ya existente sobre Miguel Ángel “era la magnitud misma de dicha literatura”.
En su opinión, el volumen de la documentación contemporánea acerca de su vida y sus asuntos, la masa de libros y ensayos académicos, su enorme longevidad, y los tumultuosos acontecimientos históricos que vivió, contribuyen a “dificultar la visión del hombre y de la obra como un todo”.
Ese ha sido el objetivo del autor que también ha intentado equilibrar su vida de una manera que dé el debido peso a su juventud, sobre la que existen relativamente pocos datos, en relación con la mediana edad y la vejez, de las que datan el grueso de sus cinco volúmenes de correspondencia.