Gigante. Una ola de personas atraviesa el Paseo de la Reforma en la capital mexicana.
Hay tragedias que rompen el corazón del país. Aguas Blancas en 1995, Acteal en 1997 y Ayotzinapan hoy. Del Ángel de la Independencia al Zócalo, un río de gente desbordó indignación por la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural "Raúl Isidro Burgos".
Las gargantas de la multitud revivieron en cada tramo del trayecto la consigna vigente desde los años 70: "¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!" Es la exigencia que abre el pliego petitorio de 5 puntos que ayer distribuyeron los estudiantes de Ayotzinapan durante la manifestación y que leyeron en el templete colocado frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Allí pidieron la presentación con vida de los 43 desaparecidos; castigo a los responsables intelectuales y materiales de la muerte extrajudicial de tres estudiantes; juicio político y destitución del alcalde de Iguala prófugo, José Luis Abarca; seguimiento al juicio político y castigo al gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, y castigo al secretario de Seguridad Pública de Iguala, Felipe Flores.
Los normalistas también exigieron "que el Equipo Argentino de Antropología Forense realice de manera independiente las investigaciones para determinar la identidad de los 28 cuerpos que fueron encontrados en 5 fosas clandestinas, los cuales se encontraron en diversos estados de descomposición y su identidad se desconoce hasta ahora".
Ellos, los estudiantes y familiares de los desaparecidos, encabezaron la manifestación que, según las autoridades, reunió a 15 mil personas. Como siempre, a la vista parecían más. Durante casi tres horas los contingentes avanzaron sin pausa hacia Zócalo. En la boca de la calle 5 de Mayo, la exigencia fue una: ¡Justicia! ¡Justicia!
Al frente de los contingentes marcharon los familiares de los 43 desaparecidos, seguidos por normalistas de toda la república, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y por último organizaciones de la sociedad civil.
Los normalistas portaron su uniforme azul y blanco durante la manifestación. "Ayotzi vive, la lucha sigue" y "no-no-normalista" proclamaban con música fúnebre al fondo, interpretada por una banda guerrerense".
Uno de los estudiantes, cuyo nombre no quiso dar a conocer, vecino de los desaparecidos Israel Caballero Sánchez y Abelardo Vázquez, pidió a la comunidad intelectual exigir justicia y dijo tener fe en encontrar a sus compañeros.
Tomaron la palabra los estudiantes y los familiares frente a una multitud dispersa en las calles que encuadran la Plaza de Constitución, ocupada por las carpas blancas y las vallas que cercaron los estands de la Feria de Libro de la Ciudad de México.
"Estamos aquí para exigir justicia para nuestros tres compañeros caídos en Iguala, cuna de asesinos. También estamos aquí para exigir la aparición con vida de nuestros 43 compañeros desaparecidos", dice uno de los normalistas desde el templete.
Interrumpe la multitud: "¡No están solos!".
Los padres de familia exigieron a las autoridades "no lavarse las manos" culpando al crimen organizado por las desapariciones. Aseguraron que el gobierno pidió a algunos padres ir adelante en las búsquedas en Iguala para que así ellos reconocieran los cuerpos.
El actor Daniel Giménez Chacho y el cantante de Café Tacuba, Rubén Albarrán, también prestaron su voz para ponerle palabras a la indignación, a nombre de "los individuos de la ciudad civil".
Los artistas retomaron las demandas de los estudiantes y exigieron el respeto a los familiares informándolos antes que a los medios de comunicación.
"Estos hechos son el episodio más reciente de una sistemática violación a los derechos humanos en Guerrero. Tan sólo en los últimos dos años se han asesinado a más 4 mil personas", en México, dice el actor.
Del papel que sostiene en sus manos, lee: "Ayotzinapa nos duele, como nos duele todo México. Los 43 estudiantes desaparecidos deben regresar vivos a la brevedad".
Rubén Albarrán llama "a la comunidad nacional e internacional a estar atentos de autoridades federal, estatal y municipal para que estos hechos no queden impunes".
Talía Vázquez, abogada del líder de las autodefensas José Manuel Mireles, también tomó el micrófono y aseguró que si el pueblo no se protege por sí mismo, "nadie más lo va a hacer".
En la manifestación hubo mínima presencia policial. No obstante, grupos de motociclistas con chamarras negras, algunos de ellos con pasamontañas, flanquearon a la multitud.
Los estudiantes de Ayotzinapa aseguraron que habrá más protestas, más acciones, y corean: "Presentación con vida de los desaparecidos".
Desde el asfalto, la gente responde "¡No están solos! ¡No están solos!".
Al final del acto, el perredista Cuauhtémoc Cárdenas quiso acercarse al templete. No lo dejaron. De las manos de algunos manifestantes salieron disparados objetos sobre su cabeza. Hubo insultos, empujones y la salida apresurada del excandidato presidencial, que logró enfilarse hacia República de Uruguay y llegar a su auto. Al lado, iba el historiador Adolfo Gilly, que sí resultó herido en la cabeza.
Los saldos de la indignación combinada con el desencanto.
VOCES CIUDADANAS
"No más armas, no violencia, no se vale disparar a personas y tampoco a los estudiantes": pancarta escrita por un menor de edad acompañado de sus padres.
"Uno siente indignación, coraje, pero sobre todo tristeza como madre de familia ante el poco aprecio a la vida humana": madre de familia que asistió a marchar y cuyo nombre prefirió no decir.
"Lamento que nuestra generación les haya dejado este país, nuestras luchas democráticas han fallado": Araceli.
Laguneros se unen a las protestas por Ayotzinapa
Activistas, maestros y miembros de la sociedad civil en la región se manifestaron ayer miércoles por la tarde en calles de Torreón, esto para exigir justicia en el caso de los estudiantes de Ayotzinapa que desaparecieron el pasado 27 de septiembre en Iguala, Guerrero.
Contingentes de grupos como Laguneros por la Paz, Fuerzas Unidos por Nuestros Desaparecidos de Coahuila (Fuundec), de la Universidad Autónoma de Coahuila y de otros colectivos culturales lograron reunir a más de 60 personas en la Plaza de Armas de Torreón para sumarse a las marchas nacionales e internacionales que se organizaron a través de redes sociales.
"Es un caso muy grave, queremos que aparezcan vivos todos los estudiantes y que se castigue a los responsables, no podemos permitir más situaciones como ésta en un país tan golpeado por la violencia... vamos a seguir apoyando a los compañeros de Ayotzinapa en cualquier movimiento", aseguró Antonio Rivera, estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la U. A. de C., Torreón.
Inicialmente un contingente de manifestantes arribó en punto de las 16:40 horas a la explanada de la Plaza Mayor de Torreón, sitio del que tuvieron que retirarse debido a que elementos de seguridad municipal y del ayuntamiento negaron el acceso argumentando que se "realizaría otra actividad pública".
Ante tal situación, el contingente se unió a otros más que los esperaban en la Plaza de Armas, donde una vez juntos organizaron un recorrido por calles de la zona Centro para gritar consignas y mostrar su molestia, más tarde regresaron a la Plaza de Armas donde concluyeron la protesta con un mitin.
"¡Ayotzinapa aguanta, La Laguna se levanta!", gritaban algunos de los participantes de la marcha.
Al finalizar la actividad no se registraron mayores incidentes entre los participantes, quienes advirtieron que se mantendrán al pendiente del caso y de los resultados de las investigaciones.