MINUTO ROTARIO
Artículo publicado por una sobreviviente de la poliomielitis, Linda L. Christianson.
Me diagnosticaron polio a la edad de 7 meses. De 1948 a 1953, la enfermedad paralizó a 250,000 niños por año. No había ninguna vacuna para protegerme del virus en ese momento. Mis jóvenes padres me llevaron al St. Mary's Hospital, en Rochester, Minnesota, el 1 de octubre de 1948.
Este hospital se convertiría en mi hogar durante los próximos 14 meses. Afortunadamente, mi hermana de tres años no llegó a ser afectada por el virus. Los niños de muchas familias serían golpeados por este mal. La vacuna estuvo disponible para los niños y adultos en 1953. Después de muchos años de cirugía correctiva que me ayudo con mi movilidad, finalmente pude andar sin corsé y libre de muletas como una estudiante más de segundo año en la preparatoria.
Durante los siguientes 20 años, completaría mi formación profesional, me enamoraría, se convertiría en esposa y sería bendecida como madre de tres hijos maravillosos.
Ahora, muchos años después, estoy feliz al decir que he logrado exitosamente mucho más de lo que jamás soñé en aquel entonces. Esos días de infancia son simplemente un recuerdo. El síndrome post-polio me ha hecho un poco más lenta en mi andar; el uso de un aparato ortopédico, muletas, y bastón están de vuelta para ayudar con mi movilidad. Pero he sido bendecida con una familia maravillosa a quien cuidar.
Durante la conmemoración del Mundial de la Poliomielitis, el 24 de octubre, visitaré clases en escuelas de Minnesota donde vivo, y hablaré en un Club Rotario en Farmington el 30 de octubre. Me encanta compartir mi historia, ya que es maravilloso si ésta llega a una sola persona y los motiva a hacer la diferencia.
Cuando visito los salones de clase para hablar con niños, uso todas las prótesis que llevaba cuando era niña. Varían en tamaño y tienen los apoyos de metal y de cuero atadas a los zapatos. Están muy desgastados. Recibía un nuevo par de zapatos cada año. Los tirantes se ajustaban a mis necesidades cambiantes y se adaptaban a mis zapatos. Explico cómo se hacían los soportes, de qué material se disponía en ese entonces, y cómo hemos sido capaces de recoger diseños -como el Hombre Araña o una princesa- para decorar los mismos. Los niños muestran siempre interés en estas prótesis.
En los Estados Unidos, la polio puede ser sólo un recuerdo. Pero en otras partes del mundo -como Afganistán, Nigeria y Pakistán, donde la transmisión del virus nunca se ha detenido- significa mucho más. Y hasta librar al mundo de la poliomielitis, ésta seguirá siendo una amenaza para los niños en todas partes, ¿Nos ayudarás?
Sobre el autor: Linda Christianson creció en una granja familiar en el oeste medio. Contrajo polio cuando era un bebé, aprendió a vivir con la enfermedad y labrarse una vida productiva. Su autobiografía, "todos los pasos que he dado", fue publicado por Inspiring Voces en agosto de 2012, vive en Blooming Prairie, Minnesota, con su marido, Nolan. Tienen tres hijos y ocho nietos. Puede escribirle a llcallthesteps@gofast.am
"ILUMINEMOS ROTARY".
Joseignaciom47@gmail.com