El campo ríe con las cosquillas que la lluvia le hace.
Llueve Dios sobre la tierra de los hombres y pone la vida en ella y en ellos.
Miro llover tras la ventana de la casa y no me mojo el cuerpo, pero el alma sí. También la vida llega al alma cuando llueve.
Es noche ya, y sigue lloviendo. Toca un minuet la lluvia sobre el techo, y su música leve es promesa y esperanza: Si hay lluvia hoy en el campo mañana habrá pan en las cocinas.
Para el hombre de la ciudad la lluvia es molestia; para el que vive cerca de la tierra es alegría. Dicen los citadinos cuando llueve: "El tiempo está muy feo". Cuando llueve dice la gente del campo: "¡Qué bonito está el tiempo!".
Ahora ha dejado de llover. La tierra se tiende larga, lánguida, como mujer que ha quedado satisfecha después del acto del amor. El paisaje es tan perfecto que un arco iris lo echaría a perder. Yo tengo ahora el corazón llovido. Y tengo ahora el corazón en paz.
¡Hasta mañana!...