Aquel hombre se presentó en el consultorio de un nutriólogo. Le dijo:
-Quiero vivir 100 años. Prescríbame un régimen alimenticio que me permita llegar a esa edad.
Le preguntó el especialista:
-¿Goza usted el buen vino?
Respondió el individuo:
-No.
-¿Canta con sus amigos, o comparte con ellos en grata mesa la conversación?
-No.
-¿Suele tener trato con ese hondo misterio llamado la mujer?
-No.
-¿Vive en Saltillo?
-No.
-Entonces -preguntó el facultativo- ¿para qué diablos quiere vivir 100 años?
¡Hasta mañana!...